La cita que durante los últimos tres días reunió a cerca de 2.500 médicos de familia de toda España en Gijón concluyó ayer con el reconocimiento por parte de la organización del "alto nivel" de las dos mil comunicaciones aportadas al encuentro por médicos de toda España. Entre esas comunicaciones estaba incluido un estudio de facultativos de las zonas gijonesas de Zarracina, Los Campos y La Arena, sobre "los factores asociados a la fragilidad del anciano". Para el mismo se estudió una muestra de 1.054 pacientes, con una edad media de 85 años y un 65% de mujeres.

En concreto a los investigadores les interesaba conocer la prevalencia de pacientes de 80 años o más que presentaban en su área algún factor asociado a fragilidad y que, por lo tanto, les convierte en más vulnerables. Algo que "nos permiten acercarnos a la detección de problemas de nuestra población anciana para plantear estrategias que mejoren su atención integral", indicaban los investigadores. El resultado del estudio determina que en áreas urbanas como puede ser la de las zonas citadas de Gijón, con un alto volumen de población mayor, la fragilidad del anciano viene determinada en mayor proporción por su múliple consumo de fármacos -lo que se conoce como polifarmacia-, por las alteraciones sensoriales que suelen presentar estos pacientes, por la depresión que aqueja a un porcentaje importante de ellos y por las caídas que sufren.

Además de esos parámetros, otros factores que se estudiaron fueron los ingresos hospitalarios en el último año, el sedentarismo, la patología osteoarticular, la patología cardiovascular, los ictus y otras patologías neuropsiquiátricas. Todas ellas, teniendo su importancia, no alcanzaban los rangos de presencia que tiene la polifarmacia, con un porcentaje del 78,8%, las alteraciones sensioriales que llegan al 26,22%, la depresión -26,75%- y las caídas -26,47%-. De las patologías orgánicas, el estudio realizado por Mª del Pilar Jimeno, Montserrat Hernández, Estrella Urcela y Silvia González destaca como más preponderante todo lo relacionado con los problemas cardiovasculares.

Los investigadores también destacan que los problemas socioeconómicos entre la población estudiada son los menos frecuentes y los que, por tanto, menos condicionarían esa fragilidad.