Los responsables de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano (Emulsa), se vieron obligados a reforzar ayer sus servicios para poder responder a las necesidades de limpieza viaria generadas por la tromba de agua que colapsó Gijón el pasado sábado a eso de las seis de la tarde. Pero ni tan siquiera fue suficiente con aumentar la labor de los 64 operarios de Emulsa que se desplegaron por todo el casco urbano. Decenas de vecinos de la ciudad -sobre todo en la zona oeste, la más castigada por la tormenta-, tuvieron que pasar el domingo intentando salvar materiales de sus negocios y achicando agua en sus domicilios.

Los 25 litros de agua por metro cuadrado que cayeron en la ciudad en menos de 15 minutos inundaron calles, desplazaron coches y provocaron intensas riadas que hacía años que no se veían en Gijón. Las alcantarillas y los sistemas de desagüe se vieron desbordados. "La cantidad de lluvia no fue normal. La gente que lleva más de 15 años en la EMA no recuerda algo así. El pozo de tormentas no llegó a llenarse pero había tanta riada que los sistemas de conducción no dieron a basto", explicó Pablo Álvarez Cachero, gerente de la Empresa Municipal de Aguas. Personal de la EMA atendió decenas de emergencias desde que las seis de la tarde del sábado, pero no fueron los únicos. Emulsa también tuvo que ponerse manos a la obra desde un primer momento. "El día de la tromba de agua ya pusimos en marcha un equipo de repaso. A lo largo de esta semana vamos a tener trabajo atrasado, nos centraremos en repasar las zonas más castigadas por la lluvia", aseguró Pilar Vázquez, gerente de Emulsa. Un total de 64 trabajadores de esta empresa municipal recorrieron ayer las calles para "hacer frente a las zonas más castigadas por la lluvia". Sólo en la calle Brasil y las adyacentes los operarios llenaron de residuos un camión con una capacidad de 18 metros cúbicos en el que se tuvieron que transportar muchos muebles y colchones que quedaron inutilizados. Y es que el agua causó estragos en la vía pública pero también en el interior de domicilios y comercios.

En la avenida Hermanos Felgueroso, por ejemplo, los vecinos de un edificio situado frente al colegio La Inmaculada vieron desbordarse sus desagües y tuvieron que pasarse varias horas limpiando sus viviendas. En la zona oeste los propietarios de varias mueblerías y papelerías hacían ayer balance de los daños retirando materiales que han quedado inservibles. La tromba de agua también afectó a las comunicaciones. La sala del 091 de la Comisaría de la Policía Nacional estuvo inactiva durante prácticamente toda la noche.