El sacerdote José Antonio García Santaclara, presidente de la Fundación Siloé, aprovechó su intervención, tras recoger de manos del portavoz municipal de Foro, Fernando Couto Garciablanco, la medalla de plata de la villa, para recordar que el mundo actual está muy falto de solidaridad y lleno de "cinismo" y de "paños calientes, un mundo en el que "rescatamos bancos más que náufragos".

García Santaclara, que fue uno de los fundadores de Siloé, comenzó su intervención recordando los orígenes, en el Gijón del año 1978 de la asociación "Chavales en libertad", que, con los años, daría paso, en 1989, en el centro penitenciario de cumplimiento de hombres de Gijón (prisión de El Coto), a Siloé, gracias al trabajo social del equipo pastoral y de voluntariado cristiano de prisiones. "Veinticinco años de compromiso", recalcó García Santaclara, quien agradeció la medalla de plata de la villa, un galardón "con un especial significado por ser en la ciudad donde nacimos".

Muy pronto, recordó García Santaclara, Siloé se dedicó a la atención de las personas que habían contraido la enfermedad de VIH-SIDA y que, afirmó, "estaban luchando por la vida" ante "la ignorancia de mucha gente". Tuvo para aquellos enfermos un "recuerdo entrañable".

Luego, Siloé se convirtió en una fundación (en el año 1999) y amplió sus actividades. A los primeros programas "Chavales" y "VIH" se sumó, en el año 2001, el de "Discapacidad intelectual" para personas mayores, y a finales de 2007 comenzó el programa denominado "Prometeo", que se integró en el "VIH-SIDA".

Destacó el presidente de la Fundación Siloé la estrecha relación de la organización con la ciudad de Gijón, donde tiene el grueso de sus actividades y, volviendo a su discurso reivindicativo, García Santaclara sentenció que "para hacer justicia lo que hay que hacer es dar a cada uno lo que le corresponde".

Para ello, el sacerdote reivindicó que "otro mundo es posible" y para lograrlo lo que hay que hacer "es tener audacia".