El Hospital de Jove entrará en otoño en fase de obras. El patronato del centro sanitario gijonés, perteneciente a una Fundación privada de carácter benéfico asistencial, ha visto conveniente desempolvar un proyecto que se paró por la crisis y que ahora se va a relanzar. La obra persigue dotar al complejo sanitario de un nuevo bloque de 3.000 metros cuadrados donde se agruparán las consultas ambulatorias, además de rehabilitar algunos servicios. La inversión total es de 8 millones de euros y por la obra velará José Luis San Miguel Cela, gerente desde 1994 del Hospital de Jove.

-¿Qué necesidades tenía Jove y qué se plasma en la obra?

-Había, sobre todo, un problema de circulaciones de personas generadas, en buena medida, porque desde hace dos décadas el número de consultas ha ido subiendo de una manera brutal. En un reciente artículo LA NUEVA ESPAÑA calculaba que en diez años el incremento de consultas había sido del 20% -de 91.200 citas en 2005 a 118.000 actuales-, y es posible que con una perspectiva de 15 años el crecimiento haya sido del 40%. Eso ha generado un incremento drástico de las personas que entran a diario en el hospital, que son los pacientes más sus acompañantes. Yo no diría que el hospital está saturado, pero sí que había complicaciones. Por ejemplo, ya no había dónde poner una consulta nueva por la mañana.

-Y ha llegado el momento de hacer la obra.

-Entendimos que era el momento y, por otra parte, esa obra generaba otras posibilidades. Así, al crecer un poquito en espacio podemos acometer otras cosas, como modernizar la farmacia, que estaba en un sitio que no era muy bueno, ampliar un poco los laboratorios, el servicio de rehabilitación y también urgencias. Pero el cambio más drástico son las consultas.

-No tocan la hospitalización. ¿Qué ha pasado en los últimos años con los ingresos?

-Frente al aumento enorme de las consultas la cifra de ingresos en Jove se ha mantenido prácticamente igual en estos 20 años: en torno a los 8.000 ingresos. Pero con una gran diferencia: que antes la estancia media de un paciente eran 10 días y ahora son 7. Eso cambia mucho las necesidades de camas. La diferencia entre una estancia media de siete días o de diez supone que se necesiten 70 camas menos. Como esa tendencia es muy estable, y dado que el número de camas teóricas que había en Jove era de 261 que nunca se utilizaban, ahora se quedarán en 225. Hay que ver que la media de camas funcionantes el año pasado fue de 195.

-¿A qué se debe la obra en Urgencias, porque la demanda lleva años bajando?

-El servicio crecerá un poco en espacio, no mucho. Lo que ha pasado estos años en las urgencias es que han bajado en todos los hospitales. Nosotros casi llegamos a tener 32.000 urgencias en 2008 y el año pasado tuvimos 27.300. Esa tendencia es generalizada, aunque percibimos que empieza a aumentar un poco. Lo que también ha ocurrido es que las urgencias tienen más necesidades de espacio que antes porque en estos servicios se hacen más cosas y se resuelve más, lo que provoca que el paciente está más tiempo allí. Eso crea necesidades de espacio. No es una demanda de espacio acuciante, pero sí es necesaria.

-Un servicio que, por cierto, ha visto reforzado su personal en el turno de noche. ¿No?

-Sí. Antes había un médico y un residente de noche y ahora habrá dos médicos y un residente.

-¿Tras la obra hay algún plan de aumentar servicios?

-Siempre hay cosas que se pueden hacer pero cuando se proyecta una obra de esta envergadura lo que piensas es en lo gordo: en la obra. Lo demás sería hablar de planes que están sin concretar. Lo que sí es cierto es que las nuevas consultas tendrán un área de extracciones y una sala de radiología general para resolver in situ lo que antes se hacía en otras zonas del hospital. Es decir que los electros, rayos y extracciones van a estar en consultas. De cara al paciente creo que eso nos hará más resolutivos. Va a propiciar consultas más rápidas y que nos encaminemos hacia la alta resolución en más consultas y servicios, aunque no en todas se pueda.

-¿Jove podría dar más servicio a la sanidad pública?

-Sí, tiene capacidad para ello, bien con más especialidades o asumiendo más población.

-¿Ve más fácil crecer en población o en servicios?

-Ahora mismo no veo fácil nada porque los tiempos presupuestarios son de contención. Cosa que entiendo. Pero con independencia de eso, veo que este hospital tiene capacidad y podría hacer más cosas de las que hace.

-¿Qué le falta a Jove para ser un hospital más completo?

-Para la población de este distrito creo que sería bueno que Jove tuviera Diálisis y Otorrino, lo que permitiría descongestionar el área de otorrino de Cabueñes. También deberíamos poder desarrollar un área de atención domiciliaria y de paliativos. Pero siempre que entre dentro de la planificación general. Y tenemos más capacidad de hospitalización, porque nuestra relación de camas por habitante es mucho más alta que la de Cabueñes. En Cabueñes (sumando las camas de agudos de Cruz Roja) hay unas 500 camas y con ellas se atiende a una población de 238.000 habitantes, lo que supone poco más de dos camas por cada mil habitantes. Nosotros con este proyecto vamos a tener 225 camas para una población de 62.000 personas, lo que supone 3,6 camas por cada mil habitantes. Hay una desproporción clara.