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El asesino de Sonia Mitre se llevó dinero y objetos de valor del piso de la hostelera

La Policía Nacional intensifica los interrogatorios y la búsqueda de pruebas para dar con el responsable del crimen de la empresaria

Sonia Meléndez Mitre. FACEBOOK

La persona o las personas que acabaron con la vida de la hostelera Sonia Meléndez Mitre rebuscaron en el domicilio en el que tuvo lugar el asesinato, situado en el barrio de El Lauredal, y se llevaron dinero en efectivo y varios objetos de valor antes de abandonar la vivienda sin dejar rastro. La Policía Nacional continúa investigando lo sucedido. El móvil del robo como causa del brutal crimen gana enteros entre los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) que dirigen los trabajos. Unos funcionarios que, a pesar de todo, aún no se atreven a descartar ninguna hipótesis.

Lo único que parece claro, a la vista de las pruebas que han ido recogiendo los funcionarios de la Policía Científica y de los interrogatorios a los que han sido sometidas las personas más cercanas a Mitre, es que la víctima conocía a su asesino. La puerta de entrada de la vivienda no estaba forzada pero, apuntan fuentes cercanas al caso, eso tampoco descarta que alguien hubiera podido engañar a la hostelera para acceder a su piso. Diez días después de que los familiares de la empresaria encontrar el cuerpo sin vida de la hostelera con evidentes signos de violencia en la habitación de la vivienda que había sido propiedad del padre de Meléndez Mitre aún hay muchos interrogantes sobre la mesa. Para despejarlos la Policía Nacional ha intensificado estos días los interrogatorios y la búsqueda de pistas. Desde Comisaría reconocen que el caso es "complicado" pero argumentan que la conmoción despertada en la ciudad por lo sucedido ha hecho que redoblen esfuerzos. En las últimas horas los agentes han interrogado a varios hosteleros de la zona de la Ruta de los Vinos.

Una vez consumado el crimen el asesino abandonó el domicilio de la hostelera con el dinero, los objetos de valor y el teléfono móvil de la víctima, una pieza clave en la investigación del suceso. Un camarero que durante meses había trabajado para Meléndez Mitre en uno de sus bares en la Ruta de los Vinos -la hostelera regentaba el Sinatra y el Ñamglú-, fue el primero en dar la voz de alarma en torno a lo sucedido. Había quedado con la empresaria a las cinco de la tarde del jueves 16 de julio. Pero Meléndez Mitre no acudió a la cita. El extrabajador -que también había sido pareja sentimental de la fallecida-, decidió alertar a la familia. Sospechaba que algo no iba bien. Los temores se confirmaron poco después.

Los vecinos del edificio en el que tuvieron lugar los hechos en El Lauredal tampoco pudieron aportar muchos datos a la Policía Nacional. La mayor parte de ellos aseguraron ante los funcionarios que sólo se enteraron de lo sucedido una vez que vieron aparecer a los investigaciones y cuando escucharon los gritos de lamento de los familiares de Sonia Meléndez. A pesar de que en un primer momento se había especulado con la posibilidad de que el crimen se debiera a un ajuste de cuentas por causas económicas esta teoría perdió fuerza poco después de que la Policía diera los primeros pasos en la investigación. Los familiares defendieron en todo momento, y pudieron comprobar, que Meléndez Mitre tenía al día sus pagos tanto con la Seguridad Social como con los dueños de los locales en los que tenía instalados sus negocios de hostelería en la Ruta de los Vinos.

La magistrada de instrucción encargada del caso ha decretado el secreto de sumario para evitar que cualquier filtración pueda poner en peligro los trabajos de los agentes de la Comisaría. Unos trabajos que podrían recibir un espaldarazo con las pruebas que aporten los análisis que ha realizado en los últimos días los funcionarios de la Policía Científica con las muestras recogidas en el lugar del suceso.

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