Apenas 48 horas después de la espectacular nube de carbón que, procedente de El Musel, llegó a las playas urbanas y generó alarma e indignación entre vecinos y ecologistas, una nueva polvareda, esta vez de menor dimensión, se levantó ayer en las instalaciones portuarias y volvió a causar estupor entre paseantes y numerosos espectadores que se agolpaban a lo largo de la bahía de San Lorenzo para disfrutar del Festival Aéreo de Gijón. "¡Mira, otra nube de carbón!", se podía escuchar entre la muchedumbre durante el espectáculo.

Según los datos meteorológicos, las rachas de vientos llegaron a superar los 30 kilómetros por hora. Suficiente velocidad para repetir, a menor escala, el incidente del viernes y relanzar la polémica y el debate sobre las deficiencias en el mantenimiento de los acopios de graneles sólidos en terrenos portuarios. Deficiencias reconocidas desde el Principado y que se han tratado de afrontar con medidas planteadas en el Plan de Mejora de Calidad del Aire en la Aglomeración de Gijón, impulsado desde la consejería de Medio Ambiente en agosto del año pasado.

Sin embargo, dicho plan, que atañe a las empresas concesionarias del puerto que se dedican a la manipulación y acopio de graneles, limita sus actuaciones a "la zona portuaria de Aboño", donde existe un importante parque de carbones donde opera EBHISA, la empresa controlada por Autoridad Portuaria que gestiona la terminal granelera de El Musel.

Ninguna de las 22 medidas generales propuestas en el plan del Principado se refieren a la zona donde se encuentra la propia terminal y sus alrededores, donde tanto la propia EBHISA como otras operadoras portuarias tienen carbón almacenado a la intemperie y donde, tal y como demuestra el material audiovisual registrado el viernes, se formó el grueso de la espectacular nube de carbón.

Además, se da la circunstancia de que esa zona, que incluye una explanada entre EBHISA y la regasificadora donde hay importantes acopios de mineral, se encuentra completamente desprotegida del viento ante la ruptura del dique Príncipe. Este muro, que dejaba resguardada el área de la terminal de graneles, se fracturó para ejecutar la ampliación del puerto de El Musel, dejando vía libre a las rachas de viento que ahora levantan el polvo de los acopios de la zona. Así lo explican trabajadores del puerto y vecinos de barrios cercanos a El Musel. Éstos explican que, aunque las nubes negras no son un fenómeno reciente, sí ha crecido su frecuencia después de la ruptura del dique Príncipe.

En resumen, la zona donde se originó la gran nube se encuentra completamente expuesta a vendavales y, además, el Plan de Mejora de Calidad del Aire no contempla medidas en este ámbito, al referirse exclusivamente a "la zona portuaria de Aboño". Para este área, la consejería de Medio Ambiente propone diversas actuaciones. La primera, la implantación de sistemas de apantallamiento de todos los almacenamientos existentes en la zona portuaria de Aboño. En un primer momento, se contemplaba el estudio de la efectividad de estas pantallas, cuyos resultados todavía no han sido trasladados a la comisión que incluye a cargos vecinales y a las empresas afectadas.

Además de los sistemas de apantallamiento, el plan plantea, para la zona de Aboño, mejorar el deficiente carenado de las cintas transportadoras, implantar cañones de pulverización o atomización, automatización del sistema de regado de parvas asociado a las condiciones climatológicas, registro informatizado de los riegos efectuados, uso de aditivos (tensoactivos y floculantes) en el agua para mejorar la efectividad del riego, arreglo de cerramientos en edificios y zonas de transferencia de materiales, incremento de los riegos y limpieza en explanadas y viales interiores, pavimentación de superficies por las que se realiza el transporte rodado, instalación de sistemas de lavado de ruedas. Medidas que ya deberían estar implantadas y cifradas en 690.000 euros.

En cualquier caso, esas medidas afectarían, en principio, exclusivamente a la zona portuaria de Aboño. Lejos queda la terminal de EBHISA y sus alrededores, donde, al parecer y según apunta el Principado, hay deficiencias en el mantenimiento de acopios. Así, en este caso habría que tomar como referencia la guía de buenas prácticas de Puertos del Estado, en cuya elaboración colaboró la propia EBHISA.

Este documento recomienda "apantallar la acción del viento" en acopios a la intemperie, como es el caso de los de El Musel. Propone así "pantallas cortavientos y atrapa polvo en zonas de operación y acopios". Además señala la necesidad de "incrementar la cohesión de la mercancía para prevenir formación de polvo" mediante "aspersión y pulverización de agua en acopios".