Abdou Ndiaye, el exnovio y empleado de Sonia Mitre detenido ayer a las siete y media de la tarde en relación con el crimen de la hostelera en El Lauredal, pasará a disposición judicial el próximo sábado. La Policía Nacional tiene previsto agotar el plazo legal de 72 horas para presentar al arrestado ante el tribunal. El objetivo de los investigadores es finalizar los informes y los atestados con las pruebas recogidas en el lugar del suceso y los testimonios.

El cerco se había ido estrechando sobre la expareja; la policía preguntaba con insistencia en el entorno de la víctima por la relación entre ambos, y las sospechas se hacían cada vez más evidentes. Pero hasta que la policía gijonesa no dispuso de los resultados de las pruebas biológicas -adn- recogidas en el lugar del crimen no había base sólida para la actuación. Esas pruebas llegaron en las últimas horas y la detención del camarero Abdou Ndiaye, ex pareja de la hostelera Sonia Meléndez Mitre, hallada muerta en su domicilio del Lauredal el día 16 de julio, no se hizo esperar.

Cinco agentes del Cuerpo Nacional de Policía arrestaban ayer alrededor de las siete y media de la tarde, al exnovio de la empresaria, un hombre nacido en París que había trabajado seis años -y hasta hacía muy pocas fechas- en los establecimientos regentados por la fallecida en la Ruta de los Vinos: el Sinatra y el Ñamglú. Hasta que los desacuerdos económicos habían puesto fin a su relación laboral.

Los funcionarios de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) fijaron desde el principio su atención en el círculo más cercano a la empresaria. La puerta de la vivienda de Mitre no había sido forzada, por lo que los agentes sospechaban que la mujer conocía al agresor y que lo había dejado pasar voluntariamente al interior del domicilio en el que residía, en el número 9 de la calle Manuel Hevia Carriles. Las dudas surgieron después. Entre otras cosas, por la fría actitud del ahora detenido. Fue el propio Ndiaye quien se encargó de avisar a la familia de Meléndez Mitre de que algo podía haberle pasado a la empresaria. En una llamada telefónica al tío de la fallecida el camarero aseguró que había quedado con la hostelera a las cinco de la tarde y no se había personado, ni contestaba al teléfono. Los familiares de Mitre descubrieron poco después el cuerpo sin vida de la gijonesa. El cadáver permanecía en el suelo de la habitación de la casa con evidentes signos de violencia. La autopsia al día siguiente confirmó que Mitre había sido brutalmente asesinada. Tenía el cuerpo magullado y siete costillas rotas. De la casa faltaba dinero, objetos de valor y su teléfono móvil.

La familia de la hostelera defendió desde un primer momento que el asesinato no tenía nada que ver con deudas pendientes ni negocios fallidos. Demostraron que la empresaria estaba al día con Hacienda y en el pago de los locales en los que tenía instalados sus negocios. Durante días la Policía interrogó a hosteleros de la Ruta de los Vinos y a personas cercanas a Mitre. Hasta en dos ocasiones tuvieron que pasar por Comisaría los dueños de los locales cercanos al Sinatra. Algunos testigos señalaron entonces que los agentes "hacían muchas preguntas relacionadas con el exnovio de Sonia". La juez decretó el secreto de sumario para impedir las filtraciones mientras proseguía la investigación policial.

Una investigación que ayer permitió detener a Abdou Ndiaye -conocido popularmente como "Makelele"-. El arrestado, que ya había declarado como testigo en la Comisaría hace días, fue interceptado cuando salía, tranquilo, de comprar tabaco en un quiosco de la plaza del Marqués. "Vio a cinco policías de paisano rodeándole y no opuso ninguna resistencia. Agachó la cabeza y le pusieron las esposas", relató la dueña del negocio que presenció la detención. Hora y media después Ndiaye fue trasladado al domicilio en el que residía desde hace semanas, situado en la calle Salustiano Regueral, en el barrio de El Carmen, para el registro del inmueble. También entonces "Makelele" llegó con apariencia tranquila.

La noticia del arresto del camarero cayó como un jarro de agua fría ayer entre los conocidos de la pareja. Muchos habían creído el relato apesadumbrado que desde el mismo momento de conocerse el asesinato de la hostelera repetía el ahora detenido. El exnovio de la gijonesa no tenía problemas en contarle a todos los que le preguntaban, cuánto quería a la mujer, pese a que la había despedido y ya no estaban juntos, y lo triste que se sentía por lo sucedido. "Quería hablar con ella y tomarnos un café. Tardaba mucho y nos extrañamos", contó el propio "Makelele" en conversación con este periódico el día después del brutal suceso.