"No tengo nada que ocultar". Adbou Ndiaye, conocido por "Makelele", el exnovio y empleado de Sonia Mitre, detenido el miércoles en relación con el asesinato de la hostelera gijonesa estrangulada el pasado 16 de julio, se mostraba así de contundente hace días cuando su abogado la reprochó que hubiera acudido a Comisaría a declarar como testigo sin su asesoramiento. El letrado aseguró ayer, apenas 24 horas después del arresto del camarero, que "sabía que antes o después le iban a detener. Pero iniste en su inocencia, en que no tiene relación ninguna con el suceso".

"Makelele" cumplió ayer su primer día detenido y así seguirá hasta mañana. Los investigadores, que aún no le tomaron declararación formal como implicado, pretenden apurar las 72 horas de arresto que marca como máximo la ley, por lo que pondrán al acusado a disposición del juez mañana sábado. El objetivo de esta demora, apuntan fuentes cercanas al caso, es el de acabar de hilar los indicios con los que trabajan los agentes. Los principales, según apuntan los investigadores: las pruebas biológicas encontradas en la casa, las contradicciones en sus interrogatorios y haber podido situar su móvil en el entorno de la casa de la fallecida el día del crimen.

Nada concluyente, según el abogado defensor del camarero, que conoce bien Ndiaye ya que lleva relacionándose con él como asesor para temas legales y laborales desde que llegó a España, hace diez años. Incluso pasaron juntos la tarde en la que se descubrió el cadáver de Mitre. De ahí su confianza máxima en el ahora detenido, del que destaca que colaboró en todo momento con los agentes durante la investigación.

Desde que Sonia Meléndez Mitre apareció estrangulada y con siete costillas rotas en su piso de El Lauredal los agentes situaron al extranjero como uno de los principales sospechosos. Las preguntas sobre él a otros conocidos de la fallecida eran constantes. "Entonces ya lo negó todo y ahora lo volverá a hacer", afirma el letrado de Ndiaye. El abogado sostiene que tiene coartada. Cuando apareció el cadáver de la empresaria, el camarero -natural de París aunque con raíces familiares en Senegal-, se encontraba con su representante legal en una gestoría de la plaza Mayor. Ambos habían quedado con Sonia Meléndez Mitre para firmar el finiquito con el que se rompía la relación laboral entre víctima y supuesto agresor. Un desencuentro profesional que llegó semanas después de que, según los familiares de Mitre, ambos pusieran fin a su relación sentimental.

Según el mismo relato del letrado, fue cuando esperaban a la hostelera para intentar negociar con ella los términos del despido de Ndiaye cuando un familiar de la gijonesa se puso en contacto con el detenido para alertarle, con preocupación, de la falta de noticias de la empresaria. Poco después se hallaba el cadáver.

Lo que parece claro es que entre ambos había problemas. Los más cercanos al camarero señalan que después de seis años trabajando en los negocios de Mitre -el bar Sinatra y el Ñamglú, en la Ruta de los Vinos-, Ndiaye había sido despedido sin recibir el finiquito que le correspondía. La ruptura sentimental había obligado poco antes al extranjero a cambiarse de casa. El camarero dejó el piso de El Lauredal en el que había vivido con Mitre -propiedad del padre de ella-, y se mudó a un a vivienda situada en el barrio de El Carmen. "Vino a principios de julio. Pagaba siempre normal y no daba problemas. Sabíamos lo del crimen pero él tenía pinta de buena persona", señaló ayer el propietario del inmueble.

La Policía tuvo en su poder durante dos días el teléfono móvil del detenido. Un terminal que el propio "Makelele" dejó en las dependencias policiales de El Natahoyo y que los funcionarios han podido situar en las inmediaciones de la casa de Mitre en torno a la hora en la que el forense fija la muerte. Ese es uno de los indicios que dan fuerza a las investigaciones policiales.

Pero no el único. Las pruebas biológicas -adn- recogidas en el lugar del crimen también señalan hacia "Makelele". Y a ello se suma que algunos testigos advirtieron a los agentes que Sonia Meléndez Mitre les había manifestado que "tenía miedo" de su expareja. Los hubo que llegaron incluso a relatar episodios puntuales de malos tratos físicos que habría sufrido la hostelera por parte de "Makelele".