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Gijón atrapa basura espacial

El centro tecnológico Prodintec participa en un proyecto europeo que tiene por objeto recuperar satélites en desuso por medio de una red

Iván González, en las instalaciones del centro tecnológico Prodintec, en la zona del Intra. MARCOS LEÓN

Una de las tecnologías más antiguas de la humanidad, una humilde red de pesca, permitirá alcanzar uno de los principales desafíos en el espacio exterior, la captura de basura espacial. Con dicho elemento se pondrá a prueba la viabilidad del control y eliminación posterior de una amplia gama de desechos que encuentran en órbitas ocupadas del espacio. Para cumplir ese objetivo, el centro tecnológico Prodintec acaba de realizar su primera colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA) en el marco del proyecto "Patender". Se trata también del primer experimento de captura de chatarra espacial en condiciones de gravedad cero. Está financiado por la ESA en el marco del programa "Clean Space" (Espacio Limpio) cuyo máximo empeño pasa por paliar el problema de los residuos espaciales mediante tecnologías que permitan la captura de satélites fuera de su vida útil y que todavía permanecen orbitando alrededor de la Tierra.

El experimento español está liderado por la empresa madrileña GMV y Prodintec participa como socio tecnológico responsabilizándose de la fabricación del sistema neumático-eléctrico que permite en el lanzamiento de la red de captura de basura espacial. Además, de la coordinación de actividades, el desarrollo del simulador de software y la puesta en marcha del experimento, GMV llevará a cabo también la validación de resultados.

La participación del centro tecnológico asturiano ha resultado todo un desafío pues nunca antes habían entrado en contacto con una iniciativa de la Agencia Espacial Europea. "Nos consta que han quedado contentos con nuestra labor", sostiene Iván González, del área de Ingeniería de Producto, quien tomó parte en el experimento junto a Nuria Rodríguez, de Gestión de Proyectos. "Es la primera vez que trabajamos para la ESA", cuentan orgullosos en el centro, "nunca habíamos realizado ningún trabajo anterior; esperamos que nos sirva para futuro", continúan los técnicos.

Tras intensos meses de trabajo desde el verano de 2014 diseñando el sistema y realizando las pruebas iniciales en un entorno virtual, el pasado mes de junio los socios del proyecto, entre los que se encuentra también el Instituto Politécnico de Milán, pusieron en marcha la fase de revisión final del experimento, que incluyó el análisis del comportamiento de la red en condiciones de gravedad cero empleando una maqueta del satélite de la ESA "Envisat", que fue lanzado al espacio en marzo de 2002 y estuvo operativo diez años, hasta abril de 2012.

"Nuestra participación ha incluido la realización de la parte física, incluyendo el desarrollo del disparador de la red y han participado casi todas las áreas del centro, desde fabricación aditiva a fabricación convencional e ingeniería de producto", explica Iván González.

El sistema fabricado por el centro tecnológico permite el lanzamiento de la red que atrapa la basura espacial gracias al impulso simultáneo transmitido sobre cuatro masas engarzadas en las cuatro esquinas de una red cuadrangular. Su comportamiento se probó recientemente a bordo de una aeronave que volaba en arcos parabólicos para crear breves períodos de ingravidez. El experimento se desarrolló en las instalaciones de Novespace, en el aeropuerto de Bordeaux-Mérignac (Francia) donde se completaron los ensayos en gravedad reducida mediante un vuelo parabólico a bordo de un Airbus A-310. "Disparamos redes mediante un eyector de aire comprimido hacia una maqueta de satélite", explicaron los ingenieros de la ESA tras ese vuelo experimental. En esa misión, y mediante cámaras de alta velocidad, se ha filmado cómo ha sido el lanzamiento de la red para poder realizar después reconstrucciones de modelos 3D de las trayectorias de la malla. Tras la primera parábola de prueba, se constató que todos los elementos del experimento estaban firmemente sujetos, con lo que se procedió al lanzamiento del primer y segundo conjunto de redes, incrementando de forma gradual la presión de lanzamiento hasta conseguir hacer diana en la maqueta del satélite. Las operaciones del vuelo parabólico del A-310 de Novespace consistieron en la ejecución de 31 parábolas durante las cuales se consiguen alrededor de 22 segundos de ingravidez por parábola ejecutada. Durante todo el vuelo se lanzaron sucesivamente las redes en cada una de las parábolas, obteniendo más de 15 despliegues y capturas totales con éxito.

Las redes usadas tienen unas dimensiones de 0,6x0,6 metros y están realizadas en un material de alta resistencia al calor y a los agentes químicos, pueden considerarse casi como cables de acero. Son muy similares a las que se emplean en las maromas de los buques mercantes y se presentan como un claro candidato para las redes espaciales. Su principal ventaja frente a otras soluciones es que ofrece una amplia gama de formas y tasas de rotación para la captura de basura espacial.

Tras el experimento realizado con una maqueta del satélite "Envisat" de la ESA, el próximo paso será realizar la construcción y lanzamiento en órbita de una red completamente representativa de lo que sería una red de captura de basura espacial con un cohete atmosférico. "Lo que se ha hecho es una fase inicial del método", explica Iván González sobre el experimento en el que colaboró el centro tecnológico asturiano. "Son pasos incipientes", agregó el técnico, pues "será la ESA la que marcará los tiempos en este desarrollo; ellos son los primeros interesados en que llegue al espacio", subrayó. Los investigadores se muestran, no obstante, muy satisfechos de los progresos obtenidos para reducir la basura espacial.

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