La Policía Nacional detuvo en la madrugada del pasado miércoles a un vecino del barrio de Laviada acusado de prenderle fuego a nueve coches que estaban aparcados en su barrio con el único objetivo de verlos arder desde su casa. La investigación policial que permitió arrestar al presunto pirómano se inició el pasado mes de enero. Fue entonces cuando se alertó a la Policía del primer suceso de este tipo. Al llegar al lugar de los hechos los agentes localizaron un trozo de tela colocado encima de la rueda delantera derecha del coche. El acusado prendía fuego a este retal para iniciar las llamas. Desde entonces los funcionarios tuvieron conocimiento de otros ocho fuegos iniciados de la misma forma.

El operativo policial instalado en la zona de Laviada para frenar al pirómano dio sus frutos el miércoles minutos antes de las tres de la madrugada. Fue entonces cuando los agentes interceptaron en la calle Filósofo José Gaus al acusado, que había intentado quemar un coche minutos antes en la calle Carlos Marx. La llamada de un vecino de la zona que alertó de lo sucedido a la Policía y permitió a los funcionarios arrestar al reo cuando se dirigía a su casa para contemplar las llamas desde la ventana. Los investigadores aseguran que el acusado "se aprovechaba de la proximidad de su domicilio para refugiarse en casa y eludir la acción policial".

Una portavoz de la Comisaría de El Natahoyo puntualizó ayer que "en ningún caso se llegó a calcinar por completo ningún turismo" ya que, por lo general, "el fuego afectaba sólo al neumático y a la aleta delantera de la parte en la que se colocaba la tela incendiada".

La detención la llevaron a cabo agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana gracias a la investigación desarrollada por la Policía judicial. El detenido fue puesto ayer a disposición del juez. Después de escuchar su declaración el magistrado decidió, la salida en libertad con cargos del reo a la espera de que se celebre el juicio por los daños provocados en los vehículos aparcados en la zona de Laviada.