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Gijón al rojo vivo

Las "letronas" del puerto deportivo se han convertido, cuatro años después de su instalación, en uno de los lugares más fotografiados de la ciudad, donde paran cada día decenas de turistas

Gijón al rojo vivo

Las "letronas" visten a Gijón de un intenso rojo fuego, tan vivo como la multitud de turistas que visitan la región en los meses de verano. Esta simbólica estructura, que desde marzo de 2011 ocupa su lugar en el puerto deportivo, es marca de la ciudad y punto de encuentro de cientos de personas cada día. Argentina, París, Ibiza? Muchas son las culturas que se mezclan entre las cinco letras que forman el nombre de la villa. Con el mar acariciándole la espalda y una ciudad por descubrir justo enfrente, las letronas" de Gijón se han convertido en estos cuatro años en un icono local.

Las vacaciones son una oportunidad perfecta para viajar y conocer distintas regiones y culturas. Para muchos españoles, "una escapadita al norte" nunca viene mal. Para algunos extranjeros, "el verde y la alegría" de la ciudad gijonesa son una propuesta muy difícil de rechazar. "Nos encanta la viveza de la gente, se ríen por todo", dice Estelia Maris Gálvez refiriéndose a los asturianos. Procedente de Argentina, Maris está de vacaciones con su marido Juan Gijón y su hijo Gustavo. "Vinimos a la ciudad porque llevamos su apellido", bromea el argentino. "La verdad es que es muy linda, me parece hermosa", apunta su mujer. La familia argentina, que cuenta con quedarse en la ciudad hasta el próximo 28 de agosto, viene de visitar Bélgica y París, pero "son más sombríos, no tienen la alegría que hay aquí", aseguran.

También entre los españoles la villa costera causa buenas sensaciones. Marta Arnau y Elena Burgueta son dos amigas que llegan desde Ibiza y es la primera vez que visitan Asturias. Aunque se alojan en Felechosa durante la semana que permanecen en la zona, no dudan en pasar el día conociendo Gijón. "Hemos paseado por el puerto deportivo y, aunque no era la idea inicial, vamos a quedarnos también esta noche. Queremos disfrutar de los conciertos", comenta una de ellas.

Para Luciano Jiménez, sin embargo, no es la primera vez. Jiménez vive en Albacete y cuenta con cierta nostalgia las veces que venía a Asturias con su padre, allá por los años 80. "Tenía un amigo que nació en Luarca y solíamos venir bastante. Hace 30 años que le prometí a mi mujer que volveríamos, pero hasta ahora no habíamos podido", comenta con la mirada puesta en el mar. Hospedado en Cangas de Onís, junto a su mujer Paloma Jaramillo y su hijo Luciano, la familia también está de paso "pero quizá volvamos otro día porque nos está gustando mucho la ciudad", cuentan los que aún acaban de conocerla.

También en Cangas de Onís se alojan Jesús Mestre y Petra Ródenas, un matrimonio que visita Gijón con sus hijos Pablo y Carolina, de 11 y 9 años. "Nosotros somos de Valencia pero queríamos hacer un viaje al norte. Llevamos una semana por Asturias y mañana ya nos vamos, pero no queríamos irnos sin visitar Gijón", cuentan. "Aún no hemos podido ver mucho porque acabamos de llegar, pero esta zona es muy bonita. La foto con las letras rojas es de las primeras que nos hemos hecho".

Desde Sevilla llegan Laura Naranjo y Luis Millán, una joven pareja que viaja por España en autocaravana. "Este año tocó el norte, salimos desde Oporto y venimos de Galicia. En Asturias nos quedaremos unos cuatro días y queríamos llegar mínimo a Cantabria, pero depende de hasta dónde nos deje llegar el tiempo. Si la lluvia pone trabas, volveremos al sur a pasar los últimos días de vacaciones", explican. En su primera estancia en la ciudad, el puerto deportivo, el Cerro de Santa Catalina y el paseo marítimo son los lugares por los que ya han paseado. La foto con las "letronas" también es obligada para ellos.

María Ángeles Boluda llegó con sus padres y con su novio y, juntos, llevan varios años repitiendo estancia en Asturias. "Nosotros vivimos en Cartagena y en verano solemos quedarnos unos cinco días por el norte, donde una visita a Gijón no falta. Llevamos haciéndolo así varios años porque nos gusta mucho", cuenta la joven.

Muchas y muy variadas son las historias de las personas que se entremezclan y comparten, sin darse cuenta, un trozo de sus vacaciones en la ciudad. La foto en las "letronas" es un recordatorio que no falta en sus álbumes o redes sociales y los visitantes llegan a formar colas junto a esta divertida construcción. La escultura es a veces protagonista de unos cuantos "selfies", pero la mayoría de los posados se hacen de la forma tradicional. Por turnos, los turistas intercambian cámaras "para poder salir de cuerpo entero" y, de paso, compartir experiencias y consejos sobre las zonas que son "parada obligatoria" en la ciudad, como lo es para la mayoría el Cerro de Santa Catalina.

Cuatro primaveras han pasado desde su creación y su popularidad no ha hecho más que crecer. Pero no son solo los turistas los que no se resisten a sacarse una foto con ellas, también los gijoneses protagonizan divertidas escenas junto a las letras de su ciudad natal. Sentados en la "g"; entre la "i" y la "j"; colgando de la "o" o bajo la cúpula de "n". Todas las formas son buenas para enmarcar todo "Gijón" en una solo foto.

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