-¿Mantienen la idea de crecer en años venideros hacia el Museo del Pueblo de Asturias?

-Hay cosas que a veces intentamos mejorar que, a lo mejor, tardamos tres o cuatro años en poner encima de la mesa. Por ejemplo, la reurbanización de la zona del antiguo stand de Ensidesa. Pero para invertir tenemos que estar seguros. Claro que identificamos mejoras, la zona del Pueblo de Asturias es una de ellas y llevamos unos cuantos años detrás pero necesito tener opciones financieras para hacerlo.

-¿Se han planteado dar un giro para ampliar la presencia internacional?

-Nos preocupa más las opciones que los mercados de fuera ofrecen para nuestras empresas y nuestro propio desarrollo. Cuando traemos una delegación comercial no la traemos para conseguir un nuevo expositor extranjero sino para que nos conozcan de primera mano y que nuestros productos accedan a los mercados más competitivos.

-El recinto es durante estas fechas foco de atracción también de políticos de todos los signos. ¿Se sienten utilizados como altavoz?

-Vivimos en un mundo en que todo se compra y se vende y el político tiene producto, lo mismo que lo tienen otro tipo de empresas y en ese sentido la Feria en un sitio que utiliza todo el mundo para vender y para afianzar. La Feria no deja de ser una gran plataforma, la herramienta de marketing más apreciada por las empresas.