La asociación de vecinos Bareza - La Lloreda ha rechazado el diagnóstico del 'Informe de valoración preliminar de situación de los suelos de Lloreda, Veriña y San Andrés (Gijón)' elaborado por la Universidad de Oviedo y preparado para el Gobierno asturiano, que concluye la presencia de "leves anomalías" por concentración de metales en algunas parcelas de La Lloreda. Según los vecinos, en la zona hay una contaminación "muy grande".

En este sentido, en declaraciones a Europa Press, han enumerado una serie de valores que exceden en más de la mitad los permitidos. Como ejemplo, han indicado que en el caso de Lloreda para un valor máximo de vanadio de 50, se ha registrado 82,7, mientras que en plomo, con un 70 de valor máximo se alcanzó 196.

Pasa lo mismo con arsénico, que de un máximo de 40 se constató un valor de 91,7 mientras que en magnesio se registró 3.092 siendo el tope 2.135 y de talio que el límite es uno se obtuvo como resultado 2,5. Una situación parecida a la de la parroquia de Jove, donde en mercurio, por ejemplo, de un máximo de 1 se registró 2,1, mientras que de un límite en cobre de 55 se halló 128.

Por este motivo, consideran "totalmente apropiado" el nuevo estudio que va a realizar el Principado, en una superficie más ampliada. Para ello, se contratará un estudio de detalle de los suelos de las parroquias gijonesas de Jove y Lloreda, sobre una superficie total de 500.000 metros cuadrados. El trabajo, con un presupuesto de licitación de 41.526 euros, permitirá determinar la calidad del suelo, a través de un análisis de su contenido en metales.

Con este segundo trabajo, la Consejería pretende profundizar en este proceso de análisis de suelos, extendiéndolo a dos áreas de 250.000 metros cuadrados cada una en Lloreda y Jove, con la finalidad de tener unas conclusiones más detalladas y representativas, conocer si existe algún tipo de riesgo y, en caso afirmativo, proponer las medidas de prevención o remediación que procedan.

Derivado del resultado del estudio preliminar hecho hasta ahora sobre la composición de los suelos en las zonas rurales anexas al entorno urbano e industrial de Gijón, se asocian esas anomalías "leves", según la investigación, a un origen de esa situación "ligado a fuentes históricas de contaminación de tipo industrial, urbano o ligadas al tráfico rodado, sin descartarse puntualmente el efecto de actividades agrícolas, el uso de rellenos alóctonos en alguna parcela o incluso alguna anomalía natural".

Desde la asociación de vecinos, por otro lado, ven pocos avances en la aplicación de las medidas del Plan de Calidad del Aire de Gijón que, por otro lado, recuerdan que está recurrido por la Federación de Asociaciones de Vecinos de la Zona Rural 'Les Caseríes' por considerarlo "insuficiente". "No avanza ni bien ni mal", han insistido sobre el citado Plan.