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LOLI SUÁREZ BALLESTEROS | Dueña de La Pequeña Ángela | directo al corazón

"Se ha perdido la cultura de coser, aquella que tanto gustaba a mis abuelas"

"Me dedicaba a tramitar escrituras y hacer informes comerciales hasta que llegó la crisis; a la moda infantil me acerqué al nacer mi sobrina"

"Se ha perdido la cultura de coser, aquella que tanto gustaba a mis abuelas"

Su negocio de ropa infantil, situado en la calle de La Merced, ofrece una clara singularidad. Tan sólo basta una ojeada a su escaparate para descubrir lo original de sus propuestas; sus modelos exclusivos realizados bajo un refinado criterio de selección. Por todo ello, su responsable, Loli Suárez Ballesteros ha recibido recientemente el "Dedal de Oro", una distinción de categoría nacional que la ha llenado de orgullo y de sorpresa. Loli es una empresaria tenaz que ha sabido encontrar en la diferenciación el camino de su éxito.

-Por favor, defínase.

-Nací en Gijón (1966), mediana de tres hermanas. Soy muy trabajadora, disciplinada, incluso cuadriculada. Creo que sociable. Estoy felizmente casada y no tengo hijos. Me encanta mi trabajo y disfruto con el trato al público.

-¿Cómo ha sido su trayectoria laboral?

- Soy investigadora mercantil y durante diecisiete años tuve un despacho que se dedicaba a la tramitación de escrituras, verificaciones regístrales, informes comerciales, etc. Mis clientes principales eran la banca. Hasta que empezó la crisis que tanto afectó a la construcción y tuve que dejarlo. Entonces, al nacer mi sobrina, me puse en contacto con la moda infantil y empezó a interesarme. A los dos años de mirar firmas encontré las que buscaba, y puse la primera tienda en la carretera de la Costa, más otra en Avilés que duró dos años hasta que pasé a ésta, en la calle La Merced.

-¿Quién es Ángela?

-Esa sobrina que he mencionado. La única niña entre varios sobrinos. Hoy cuenta nueve años.

-¿Usted, de pequeña tuvo un costurero?

-Sí, todas las niñas lo tenían, aunque yo no cosía.

-Pero le dieron el "Dedal de Oro"...

- Creí que se habían equivocado al pensar que únicamente recaía en los diseñadores. Luego supe que lo tiene la Joyería Suárez, Novias Navascués, Francis Montesinos, Ángela Ruiz de la Prada, Vitorio & Luccino, Elio Berhanyer, Loewe... Es como el Goya de la moda. También recae en periodistas y blogueros... A mí me lo dieron por la venta on line.

-¿Cómo le llegó la noticia del premio?

- Un día recibí un correo del departamento de comunicación del "Dedal de Oro". Pensé que era un spam y no me atreví a abrirlo; lo dejé ahí. A la mañana siguiente, 7 de julio, descubrí un teléfono de contacto y llamé. Era cierto que estaba galardonada.

-¿Quién la propuso?

-Nadie. Me dijeron que ellos mismos hacían estudios. Es un premio que tiene ya diez años de vigencia.

-¿Qué le ha aportado?

- Sobre todo prestigio. La entrega fue el 24 de julio en Madrid, en el Hotel Palace. Me dieron un diploma y el dedal de oro. Éramos varios galardonados porque el premio tiene diversas modalidades. El mío correspondía a tienda infantil.

-¿Qué es lo que más le gusta de su profesión?

-Recibir las nuevas colecciones y pensar a qué tipo de clienta le va cada modelo.

-Las mujeres de hoy ya no pasan el tiempo entre vainicas...

-No, no saben, son mujeres que trabajan y ni siquiera tienen tiempo para comprar, de ahí que funcione tan bien la venta on line. He observado que casi todos los encargos que me hacen se efectúan a media noche o de madrugada, es decir, cuando se encuentra un ratito libre

-En los colegios había clases de costura, ¿cree que volverán?

-Se ha perdido la cultura de coser, aquella que tanto gustaba a mis abuelas, pero es posible... Yo, en 5º de EGB tuve una profesora que nos enseñaba a bordar pañitos y esas cosas. Todas las mantelerías que tengo están hechas por mí.

-Dicen que la crisis ha sacado a relucir la aguja y las tijeras en hombres y mujeres...

-Es cierto. Lo estamos viendo mucho a través de internet, gente que cose en casa y vende on line. Son pequeñas firmas, la mayoría con muy poco futuro ya que se dedican a copiar, y piden adelantos porque carecen de medios.

-¿Su negocio fue bien desde el principio?

- Sí, llamó mucho la atención, era una tienda distinta. Fui una de las pioneras en crear un blog y venían las clientas de fuera para comprarme. Es ropa cara pero muy exclusiva, de calidad, y su diseño y fabricación son españoles. Tengo unas diez casas que me sirven, todas primerísimas marcas.

-¿A qué público va dirigida?

-Medio alto. Y las tallas alcanzan hasta los 10 años. El precio de un vestido puede variar de los 90 euros a 200, aunque estos son más frecuentes en el verano.

-¿Quién es su clienta estándar?

-Una mujer que le gusta la moda y la exclusividad. Algunas son mamás que lo que no gastan para ellas sí lo hacen con sus hijas. Mis vestidos de primera comunión son muy especiales, nada de lorcitas, son románticos y exquisitos. Los de llevar las arras igual.

-¿Ha visto aumentar las ventas desde que tiene el "Dedal de Oro"?

- He notado el interés de muchos mexicanos que sabían lo del premio, porque recibí de ellos muchas felicitaciones. A los mexicanos les encanta la ropa española

-¿Quién ha sido su maestro?

-Nadie, no tuve. Soy bastante emprendedora, inquieta y autodidacta. Me entrego mucho a lo que hago y llego a ser obsesiva con el trabajo.

-Si volviera a empezar...

-Hubiera quedado con el despacho. Fueron años maravillosos.

-¿En qué pierde el tiempo?

-En la informática. Estoy continuamente conectada a internet desde que tengo mi páginas de ventas.

-¿Su enemigo son los grandes almacenes?

-No, ése es otro público y otra oferta distinta.

-¿Con qué sueña?

- Con llegar a lo más alto, que mi marca alcanzara más demanda internacional. Sé que la moda infantil es muy apreciada en los Emiratos Árabes, en Alemania, en México y en EE UU.

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