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El impulso al deporte desde la Administración local

Un largo de cuarto de siglo

El uso masivo y la construcción de instalaciones en los barrios marcan las bodas de plata de la red de piscinas municipales, que surgió en Panchano y suma ahora seis equipamientos

Un largo de cuarto de siglo

Chapuzón a chapuzón los gijoneses festejan a lo largo de este año las bodas de plata de la red de piscinas municipales. Una historia que comenzó en 1990 cuando el Ayuntamiento compró a un promotor privado la pileta que había en el interior de una manzana de viviendas de la céntrica calle de Donato Argüelles. La primera piscina cubierta municipal aguantó hasta diciembre del año 2009 dando servicio a los vecinos de la zona centro y honrando el nombre del nadador Fernando Rodríguez "Panchano". Su cierre generó una amplia movilización ciudadana bajo el lema "Mójate X Panchano". Pese a las protestas, dentro y fuera de los despachos, el Ayuntamiento completó la operación de clausura de una instalación que incumplía la normativa sanitaria vigente. No vieron oportuno los munícipes hacer obras para adecuar el equipamiento a la nueva reglamentación, como pedían los usuarios.

A tener una piscina municipal se llegó en Gijón a partir de una carencia detectada desde los años ochenta. Concepción E. Tuero del Prado recuerda en el libro "Somos del agua. Historia de los equipamientos acuáticos de Gijón" que una serie de estudios y encuestas realizados entonces hacían de la natación y las piscinas climatizadas la primera demanda, con diferencia, de muchos vecinos. "Si bien las primeras piscinas se concibieron para y por la natación, no es menos cierto que la democratización que supusieron las nuevas tendencias en la práctica deportiva, así como la demanda de los ciudadanos y, evidentemente, la gran innovación sufrida por las actividades acuáticas, obligó a dar un giro significativo en la oferta de actividades al margen del deporte", explica Tuero en la publicación.

Tras "Panchano" llegaría la piscina municipal de El Llano, construida en 1991 a partir de un diseño de los arquitectos Alejandro y Antonio Miranda. El equipamiento deportivo lleva el nombre del médico "Luis Alvargonzález" y es, ahora mismo, la veterana de las seis infraestructuras que conforman el servicio de piscinas dependiente del Patronato Deportivo Municipal y repartidas por varios barrios de la ciudad. A lo largo de este cuarto de siglo se han sumado las piscinas de El Natahoyo-Moreda (1995), El Coto (1999), Pumarín "Gijón Sur" (2002), La Calzada (2003) y La Camocha (2012).

Los 25 años han dado para muchas cifras. Y con muchos dígitos. Las estadísticas municipales computan 2.344 metros cuadrados de lámina de agua y 3.391 metros cúbicos de agua en piscinas municipales; además de 342.221 horas de apertura de las instalaciones. Los cómputos de usuarios alcanzan -según las últimas estimaciones- los 17.295.580 usos con 673.234 personas matriculadas en cursos organizados y cerca de 22.500 alumnos participando en planes escolares de natación.

Las celebraciones por esta onomástica empezaron en mayo con cuatro horas de natación en el Coto para dar el salto a otras iniciativas en el resto de la red municipal. A partir del uno de septiembre comienza la fase final de los festejos del 25º aniversario con un programa que incluye la posibilidad de practicar ciclismo en el agua al ritmo de la música en "Pedaleando en el agua", iniciarse en el surf con remo o probar la natación sincronizada o el waterpolo. El fin de fiesta está previsto para mediados de diciembre con jornadas recreativas en "Gijón Sur" y El Llano.

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