Una gijonesa se llevó el pasado fin de semana un monumental susto en su propia casa, cuando se encontró escondido en el salón a uno de sus vecinos. La Policía Nacional acabó deteniendo al hombre, acusado de allanamiento de morada, a pesar de que el delincuente explicó a los funcionarios que sólo había entrado en el piso en el que fue sorprendido porque "había escuchado ruidos" y quería comprobar que no se estaba produciendo un robo.

El ahora detenido accedió a la vivienda de la denunciante con su propia llave tras descubrir, según aseguró, que de forma anómala ésta también abría la puerta de su vecina. "Cuando llegó la propietaria del inmueble el hombre decidió esconderse porque no sabía cómo explicar lo sucedido", relataron ayer desde la Comisaría. Cuando la mujer se percató de que había alguien en su casa, escondido tras la puerta, avisó a la Policía y fueron los agentes los que identificaron al vecino.

Las explicaciones que ofreció el detenido -que señaló a los presentes que se alertó porque había oído ruidos y sabía que sus vecinos del piso contiguo no estaban en casa muchos fines de semana- no convencieron para nada a la propietaria del piso. La mujer, según el relato policial, "no comprendía la presencia del hombre en su casa ni cómo había decidido probar la llave para entrar en su vivienda sin su consentimiento y sin llamar previamente a la Policía".

La desconfianza por lo sucedido hizo que la propietaria del piso llamara a un cerrajero para que le cambiase la cerradura, a pesar del arresto de su vecino, que deberá responder por el allanamiento de morada ante el juez de instrucción que se encontraba realizando las labores de guardia.