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La Policía justifica la multa al parado de El Llano en las quejas vecinales recogidas

Los agentes que sancionaron al mendigo por hacer "uso impropio de la vía pública" afirman que recibieron el aviso de que había agredido a un peatón

La Policía justifica la multa al parado de El Llano en las quejas vecinales recogidas

La multa de 300 euros impuesta a un parado gijonés por ejercer la mendicidad haciendo un "uso impropio de la vía pública" generó ayer un aluvión de críticas hacia la actuación policial. Sin embargo, portavoces de la Policía Local de Gijón aseguran que su intervención la originaron las quejas de algunos viandantes y que, incluso, el gijonés había agredido minutos antes de la llegada de la policía a un peatón con el que había mantenido un enfrentamiento.

Pero nada de esa trifulca aparece en la denuncia que formalizaron los agentes. Incluso una portavoz de las empleadas del supermercado de El Llano ante cuya entrada suele pedir este parado gijonés aseguró ayer que "nunca tuvimos problemas con este hombre". Una valoración que también contrasta con la realizada por los funcionarios, que relatan que fueron empleadas del supermercado las que alertaron de lo que había sucedido y requirieron su presencia en la zona.

Esas quejas por la actitud del gijonés son las que, en palabras de los portavoces de la Jefatura, motivaron la imposición de la multa que, sin referencias a la agresión, recoge que en base a la ordenanza de protección de la convivencia ciudadana se le denuncia "por el uso impropio de los espacios públicos o sus elementos, de manera que impida o dificulte la utilización o el disfrute por el resto de los usuarios".

Según la versión policial, los agentes que se personaron en la calle Eleuterio Quintanilla identificaron al gijonés como acusado de la agresión y le impusieron una multa económica que, admiten, nada tiene que ver con el procedimiento penal que se pueda derivar de la presunta trifulca en la que se habría visto implicado el hombre. La multa está fechada apenas 20 minutos después de que supuestamente tuviera lugar la agresión que ahora investiga el Cuerpo Nacional de Policía. Un procedimiento penal que, una vez que se registre la correspondiente denuncia, transcurrirá paralelo al administrativo interpuesto por el incumplimiento de la ordenanza y que podría llevar al parado a comparecer en la Comisaría.

"Una vez que se completó el trámite administrativo por la ordenanza se trasladó la denuncia a la Comisaría de Policía Nacional para que prosiga la investigación por la supuesta agresión", afirmaron ayer fuentes del área de Seguridad Ciudadana. Su versión contrasta con la del sancionado.

El hombre, de hecho, se trasladó a a una oficina de Atención al Ciudadano para exponer su queja por lo sucedido después de que le impusieran la multa. "Intento portarme con educación y buscarme la vida. La acera tiene tres metros de ancho y yo estaba a un lado, no molestaba a nadie", aseguró el gijonés en la contestación de la multa. El hombre mantiene que lleva cuatro años buscando trabajo, desde que le despidieron de la empresa de construcción para la que estaba empleado. "Cobro el salario social pero sólo con eso no da y tengo que pedir. Bastante vergüenza me da que lo hago lejos de mi casa para que la gente no me vea", relató el gijonés insistiendo una y otra vez en que en el momento de los hechos "yo no estaba molestando a nadie. La gente se porta muy bien conmigo y hasta me conocen los que van a hacer habitualmente la compra a este supermercado", asegura.

El Ayuntamiento de Gijón se han comprometido, por su parte, a estudiar la sanción impuesta al parado. "Se van a examinar las alegaciones como se hace en todos los casos y se decidirá si se aceptan o no" apuntaron ayer desde Seguridad Ciudadana. El sancionado, por su parte, es consciente de que su situación de insolvencia -actualmente sólo tiene ingresos provenientes del salario social al que tiene derecho-, le permitirá no pagar la multa. Sin embargo asegura que pretende luchar contra una situación que considera "muy injusta". Ayer el gijonés decidió no acudir a la puerta del supermercado.

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