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La mirilla indiscreta

La Policía encontró en el piso del detenido por entrar en casa de su vecina una cámara que grababa el descansillo a través de la mirilla y llaves de otros inmuebles

La mirilla indiscreta

No se le escapaba nada de lo que sucediera en su entorno. El gijonés detenido la pasada semana por colarse en el domicilio de una vecina, que justificó como un intento de evitar un robo al haber oído ruidos en el inmueble que creía vacío, tenía instalada en la mirilla de la puerta de su vivienda una cámara de seguridad con la que controlaba todo lo que pasaba en el descansillo de su edificio. La Policía lo descubrió cuando registró la casa del gijonés después del arresto. El hombre, de 60 años y extrabajador del sector de la seguridad privada, aceptó que los agentes entraran en su piso. Lo que vieron los funcionarios les dejó sorprendidos. Además de la cámara, el acusado -que podría hacer frente ahora a penas de hasta dos años de cárcel por allanamiento de morada-, tenía en su poder llaves con las que podía acceder cuando lo desease a varios pisos anexos al suyo, no sólo al de la mujer. A la comunidad le quedará ahora la duda de si el gijonés había utilizado esas llaves en alguna ocasión.

El singular comportamiento de este vecino lo destapó la propia víctima cuando volvió a casa en pleno fin de semana. El acusado la tenía vigilada y sabía que la joven se ausentaba los sábados y los domingos, por lo que los investigadores creen que el hombre no esperaba verse sorprendido. La chica se percató de que algo iba mal cuando su perro empezó a ladrar al llegar al piso en el que reside con su pareja en Nuevo Roces. El animal se interpuso en su camino intentando evitar que su dueña entrar en el salón. No hizo falta. El vecino salió de detrás de la puerta y se delató. Alegó que había escuchado ruidos y que había entrado en su casa para comprobar que todo iba bien.

El hombre relató que había accedido al inmueble tras comprobar, "por casualidad", que su llave abría también la vivienda de la vecina. La joven le agradeció el gesto y se trasladó a casa del implicado para comprobar si su llave también abría la vivienda anexa. Al darse cuenta de la falsedad de la afirmación, optó por poner el hecho en conocimiento de la Policía. Los agentes se trasladaron hasta el edificio y hablaron con el acusado, que quedó poco después detenido por un delito de allanamiento de morada. El gijonés quedó en libertad tras declarar ante la juez. La vecina, por su parte, cambió la cerradura y comprobó que no tenía en casa cámaras ni micros.

Si en algún sector profesional ha llamado la atención este suceso ha sido en el de los cerrajeros. "Para poder hacer una llave que abra todas las puertas las cerraduras tendrían que estar amaestradas y eso en las viviendas no se hace, aunque sí en zonas comunes. Es imposible que exista una especie de llave maestra para todos los pisos", aseguraron ayer profesionales del sector. Los especialistas también sostienen que para realizar una copia de alguna llave lo más factible es que "haya tenido en algún momento esa llave" en su poder.

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