Agosto se despidió con lluvia, pero el cielo gris con el que ayer se teñía la villa gijonesa se coloreó a rayas azules y blancas con los trajes de baño más retro. Diecisiete fueron las mujeres que llegaron a la playa de San Lorenzo para cumplir con la tradición de los baños de ola, que datan del siglo XIX y que han sido recuperados hace veintiún años por las integrantes de la Asociación Libre de Mujeres de La Corredoria, de Oviedo. Aún coincidiendo con la mayor pleamar del verano y algún que otro chaparrón, las mujeres no faltaron al ritual.

Médicos de finales del siglo XIX sostenían que los baños de ola, paseos por la zona de la orilla donde rompen las olas, serían el mejor remedio para aquellas dolencias que se podrían sufrir durante el año. "Se cuenta que en Santander la reina Isabel II allá por el siglo XIX se daba estos baños con fines terapéuticos", indicaba Tere Ruiz, tesorera de la asociación femenina que lleva 19 años acudiendo a la cita. "En esta época del año es cuando el agua del mar tiene más yodo", apunta. La ovetense sostiene que eso provoca que los chapuzones en estas fechas "sean buenos para la circulación". "Aunque la tradición es tomar nueve baños, nosotras nos damos cinco", comentaba la participante Josefina Ardura.

Perfectamente ataviadas con pantalón a rayas marineras por debajo de la rodilla, blusón con puntilla, gorro y sombrilla, las componentes de la asociación ovetense llevan vistiendo siete años estos trajes confeccionados por ellas mismas. Ayer los curiosos que paseaban por el muro de San Lorenzo se detenían ante el grupo de veteranas asombrados por sus atuendos. "En alguna ocasión nos preguntaron si rodábamos una película", confesaba Tere Ruiz. La presidenta de la asociación, Laura Nieto, explica que además de cumplir con la tradición "es una buena oportunidad para pasar una tarde estupenda". Tras su primera parada en Gijón, hoy estarán en la playa de Luanco, y los próximos días visitarán los arenales de Candás, Rodiles y Salinas. El baño está asegurado. Aunque llueva.