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Los núcleos cercanos a las estaciones se suman al debate de usos

En la misma línea, la C-1 de Renfe (Puente de los Fierros-Oviedo-Gijón), existe una parroquia que no tiene propiamente estación de tren, pero en la que sus vecinos utilizan con mucha frecuencia el servicio de cercanías. Es el caso de San Andrés de los Tacones, con algo más de 200 habitantes. "La ZALIA nos va quitando cada vez más gente. Y ahora esto sería un claro retroceso en el transporte", señala Eusebio Ortega, presidente de la asociación vecinal. "Mucha gente de San Andrés coge el tren desde Serín. Es solo un cuarto de hora caminando hasta la estación. Y la mayoría prefieren dejar allí el coche y tirar en tren que ir hasta Gijón, porque allí es mucho más complicado aparcar", subraya.

Los vecinos de San Andrés, a diferencia de Serín, tienen la alternativa del autobús al tren. Aunque tampoco es una garantía. En todo el día cuentan únicamente con seis servicios y el tiempo del trayecto es muy elevado, sobrepasando con creces la media hora.

En Veriña, aún con la incertidumbre de conocer más datos sobre esa propuesta, lamentan de mano los recortes para una parroquia muy amplia y con problemas de transporte para muchos de sus pueblos. "Es una necesidad el tren. No hay derecho a que nos eliminen lo poco que tenemos", comenta Amancio López, presidente de la asociación de vecinos San Martín.

Lo más afectados serían los núcleos de Veriña de Abajo o también los de la parroquia limítrofe de Poago. "El tren es un servicio fundamental. Hay mucha gente que va a trabajar a Oviedo, Lugones o Lugo de Llanera. O estudiantes que necesitan desplazarse también. Muchos vecinos dependen de este servicio público", insiste López.

Aunque Veriña también cuenta con autobús urbano, desde la asociación vecinal también quieren aprovechar la circunstancia del cambio de frecuencias de tren para reclamar una buena conexión con la Campa Torres.

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