Su recorrido por Colombia gracias a la llamada "aventura mágica de las esmeraldas" de la Ruta Quetzal le ha cambiado la forma de ver la vida. Tanto que según cuenta el joven gijonés Lucas Venta Viñuela, cuando regresó a casa lo primero que dijo fue que quería hacer algún voluntariado para ayudar a los demás. "Fue una ocasión única e irrepetible que se presentó como 'una casualidad'. Ha sido inolvidable y enriquecedora", afirma Venta Viñuela.

El joven gijonés trabajó duro en febrero para confeccionar el trabajo que le permitiese acceder a esta ruta. "Hice un trabajo sobre el Camino de Santiago. Al principio dudas porque no sabes lo que es, pero cuando estás dentro no te quieres ir. Me convencí a mí mismo de que tenía que ir".

Tras casi dos meses de espera, Lucas recibió a finales de abril la noticia de que estaba dentro de la ruta. "Me enteré de que estaba dentro el día 30 de abril. Fue una alegría impresionante". Venta afirma que se propuso "ir porque era una experiencia única, de esas que pasan solo una vez en la vida. Fue algo inolvidable, increíble. Visitas lugares a los que puede que no vuelvas a ir nunca más".

El día 25 de julio comenzó la ruta. "Se dividió en dos etapas. Primero estuvimos en España, hasta el 7 de agosto. El día 8 de ese mismo mes emprendimos nuestro viaje hasta Colombia, país en el que permanecimos hasta el pasado miércoles".

En España, el grupo de alumnos de la Ruta Quetzal BBVA realizó el Camino de Santiago. Para Lucas Venta fue algo muy enriquecedor: "Lo hicimos en dos etapas. La primera fue de Cebreiro hasta Triacastela y después desde Triacastela a Portomarín. Fueron dos rutas en dos días. Supusieron muchos kilómetros, pero al ir acompañado por el resto de compañeros se hacen muy amenos. El tercer día fuimos desde el monte Do Gozo hasta la plaza de la catedral de Santiago", rememora.

Fue el 8 de agosto cuando la Ruta emprendió su viaje hasta Colombia. El gijonés cuenta lo vivido en el país sudamericano: "Cambia tu forma de ver el mundo. Te inspira a hacer cosas por la gente. Cuando llegué a casa le dije a mi madre que me quería apuntar al voluntariado cuanto antes. En Cartagena de Indias, Colombia, fuimos a una Fundación llamada Juan Felipe. Allí se acogía a niñas de entre 12 y 19 años que estaban embarazadas. Tuvimos la oportunidad de hablar con algunas y nos decían que gracias a esta Fundación tenían oportunidades para salir del agujero en el que se encontraban".

La etapa del "cañón de Chicamocha" fue la más emocionante para el gijonés. "Fue una marcha muy dura. Subimos durante tres horas y bajamos durante dos, con el sol pegando de frente. Estábamos muy cansados, pero si me quedo con esta es porque nos ayudamos los unos a los otros para conseguir el objetivo, que era la cima. Me quedo con esta, pero han sido todas muy bonitas".

Puesto a hablar de sendas, en Asturias Lucas Venta recomienda una por encima de todas. "Me gusta la subida desde Sotres hasta el Picu Urriellu. Tiene dificultad media, es algo dura, pero merece la pena por las vistas que te encuentras arriba, son realmente impresionantes".

Tras el espléndido viaje, el gijonés afirma que "la ruta empieza ahora que se ha acabado, porque te das cuenta de lo enriquecedor que ha sido". Venta Viñuela afirma que "de volver a presentarse la ocasión, no dudaría en mi respuesta. Iría sin ninguna duda. Algo así lo haría muchas veces más".