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"La bohème", a dos voces

La soprano ucraniana Irina Lévian y el tenor canario David Barrera, que cantarán mañana en el Jovellanos la obra de Puccini, elogian la propuesta de Opera Studio

Irina Lévian y David Barrera, ayer, en Gijón. JUAN PLAZA

Llevan en Gijón desde el pasado 26 de julio. Y forman parte, con el elenco que cantó "L' elisir d' amore" -también este verano-, de la primera promoción de International Opera Studio (IOS), la institución que quiere hacer de la ciudad una referencia para los nuevos talentos de la música lírica. La soprano Irina Lévian y el tenor David Barrera han sido seleccionados para interpretar "La bohème", pieza que Giacomo Puccini estrenó en Turín el 1 de febrero de 1896 y es considerada hoy como una obra fundamental. Es una de las dos piezas que produce IOS en su primera salida pública.

Estos dos cantantes están muy ilusionados con la actuación prevista para mañana sábado, en el teatro Jovellanos. Al día siguiente, domingo, les relevarán en los papeles principales de "La bohème", Mimí y Rodolfo, el tenor asturiano Juan Noval y la soprano madrileña Verónica Tello. Irina Lévian es ucraniana, tiene 29 años y lleva seis años en España, donde ha ha ganado importantes premios y asistido al Centro de Perfeccionamiento "Plácido Domingo" del Palau de les Arts de Valencia. Allí volverá a cantar el papel de Mimí una vez concluya su experiencia gijonesa. Por su parte, el tenor David Barrera es canario de 27 de años y está pendiente de concluir sus estudios superiores, con la soprano Elisa Belmonte, en la Escuela de Canto de Madrid.

"'La bohème' tiene un argumento que te permite desarrollar distintas calidades vocálicas, incluidos los tonos más oscuros", explica Irina Lévian, "triste" y preocupada por el enfrentamiento civil que se vive en Ucrania, su país. "Tengo una manera de ser muy positiva, así que afrontar el personaje me resulta arduo; no me parece técnicamente difícil y yo he optado por no cantar siempre con el mismo color de voz, sino por la emoción de expresar lo que le pasa al personaje". La obra de Puccini, con libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, cuenta el amor difícil de Mimí y Rodolfo, con el drama de la muerte de la primera.

"Me meto en el rol de Rodolfo y me olvido de todo, aunque es cierto que hay pasajes muy exigentes; hemos hecho un análisis muy intenso del personaje y he aprendido mucho de Irina, que es una artista increíble", explica David Barrera. "Yo soy una cantante muy sentimental y es importante encontrar un tenor que te siga bien el juego, algo que David hace muy bien", responde Irina Lévian. Ambos están satisfechos con el montaje ideado por Opera Studio, austero como corresponde a una institución más preocupada por dar oportunidades a los nuevos cantantes que por la ostentación escenográfica. "Se ha hecho un trabajo muy bueno para los recursos de que se disponen; la escena me encanta y creo que el público quedará satisfecho", indica el tenor.

Los dos cantantes elogian la experiencia que están viviendo con Opera Studio. "Es una oportunidad fantástica y he apendido muchísimo con los maestros y los compañeros", señala David Barrera. "Es maravilloso porque te dan una seguridad; te enseñan a actuar y si tienes un error, pues no pasa nada", dice Irina Lévian, que ha estudiado también en academias ucranianas y en China. "Pero me he quedado a vivir en España porque aquí gusta mucho la ópera", añade, antes de felicitarse por la "buena relación" que ha entablado con el tenor canario.

Ambos artistas tienen muy buenas palabras, además, para todo el equipo de Opera Studio, desde el maestro y director musical José Gómez, hasta el gerente Javier Fernández de la Vega. También para la directora escénica, Sandra Martinovic. "A mí me ha dado mucha libertad para hacer lo que he querido", hace resaltar la soprano. "Hay unas pautas, pero sí es cierto que concede ese espacio para que puedas sacar tus ideas y a mí he enseñaldo a buscar el ángulo correcto para cantar ante el público", detalla David Barrera. Ambos tienen planes para el futuro. Todos pasan, claro, por los escenarios.

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