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La Politécnica suma 843 nuevos alumnos, más de doscientos en Ingeniería Mecánica

"Las cifras entran en las previsiones; lo importante es poder atender bien a los estudiantes", recalca el director de la escuela

Asistentes, ayer, a la jornada de acogida de nuevos alumnos celebrada por la mañana en la EPI. MARCOS LEÓN

A falta de una cifra definitiva, puesto que todavía hay estudiantes inscribiéndose, la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón (EPI) de la Universidad de Oviedo ha matriculado a 843 nuevos alumnos para este curso. "Es similar al año pasado. Las cifras entran dentro de las previsiones. Lo importante para nosotros es poder atender adecuadamente a todos los alumnos", recalca Juan Carlos Campo, director de la EPI.

En cuanto a la división por grados, el de Ingeniera Mecánica mantiene la etiqueta del de mayor éxito, con más de 200 nuevos alumnos. Detrás se sitúa Ingeniería Electrónica, Industrial y Automática, con casi 150 matriculaciones. "Con el número de alumnos estamos contentos. Este año entró como novedad el itinerario bilingüe en el grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales", destaca Campo, que asimismo resalta un trámite relevante por el que tiene que pasar este año el campus politécnico gijonés.

"Antes de que acabe el año vamos a tener el proceso de la renovación de acreditación de los grados, algo sumamente importante. Tenemos que pasar un proceso relativamente exigente, que es una de las claves para nosotros", explica el director de la Politécnica. Es decir, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) auditará los grados implementados en el campus gijonés para darles su visto bueno. La acreditación de este organismo oficial es vital para la Universidad de Oviedo, por lo que se trata de un examen de gran relevancia para la EPI.

Ajenos a estas cuestiones, los nuevos alumnos de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón vivieron ayer unas jornadas de acogida e integración. En diferentes tandas están recibiendo sesiones de varias horas en las que se les explican multitud de cuestiones organizativas y de la vida en el campus. Desde labores culturales y deportivas, hasta la consulta de horarios y la tarjeta del campus.

"La charla está bien. Nos han aclarado donde está todo, nos han hablado de diferentes organizaciones. En definitiva, nos informaron", señalaba ayer Alejandro Salvador, de 18 años, que inicia estudios en Ingeniería Electrónica. "La carrera será difícil y es lo que me da un poco de respeto. Pero quiero aprobar todas", vaticinaba. Cuenta con la ventaja de que ya tiene algún amigo en el campus, además de cierta habilidad. "Se me da bien la física y creo que me va a gustar el grado", aseguraba.

Javier Ruano es uno de los más de doscientos alumnos que comienzan el grado en Ingeniería Mecánica. Ayer salía un poco atorado de la jornada de acogida. "Son demasiadas cosas para recordar. La charla es un poco intensa, pero bien. Estoy pendiente de saber si serán muchas horas las que tenga de clase o si me toca de mañana o de tarde", señalaba.

Misma preocupación que la de su amigo, Fran Suárez, que se incorpora al grado en Química Industrial. "Estudié la rama biosanitaria e iba a estudiar Biología, pero al final me decidí por este grado por cuestión de salidas. Espero sacarlo bien y, por supuesto, que me toquen clases de mañanas. ¿Si son por la tarde, cuándo estudio?", señalaba ayer Suárez, gijonés al igual que Daniel Grohmann, nuevo alumno de Ingeniería Mecánica.

"Siempre tuve claro desde muy pequeño que quería ser ingeniero. Aunque con tanta ingeniería, al principio no me aclaraba del todo", manifestaba tras la jornada de integración. "Aunque algunas cosas que te dicen están bien, la jornada se hace larga y puedes llegar a cerrar los ojos en algún momento. Sigo sin saber cómo es el asunto de las becas y de los horarios", añadía.

Al igual que casi todos, Grohmann también prefiere el turno de mañana. El director de la Politécnica explica que "si solamente se ofertaran cursos de mañana, mucha gente no podría estudiar lo que quiere; además, los recursos hay que optimizarlos"; aunque reconoce que "los alumnos prefiere de mañanas por norma general". Por eso, afirma: "Dentro de los recursos que tenemos, tratamos de meter la mayor parte de clases por la mañana". Aún así esgrime que "la organización de tanto alumno es sumamente compleja". Una tarea en la que ahora se encuentra plenamente inmersa la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón.

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