Los conductores están cada vez más concienciados de los peligros de ir al volante tras consumir alcohol. Al menos eso es lo que se desprende de los resultados de los test preventivos de alcoholemia realizados en el primer semestre del año por la Policía Local de Gijón. Los funcionarios municipales han conseguido reducir los positivos en estas pruebas hasta el 1,3 por ciento. De los 7.950 conductores controlados entre enero y junio sólo 106 superaron la tasa de alcohol permitida al volante. Cuando los agentes de la Jefatura de la calle San José empezaron a realizar estas pruebas, en el año 2005, cinco de cada cien conductores habían consumido algún tipo de bebida alcohólica antes de coger el coche. "Nuestra labor está dando resultados y concienciado a la gente", aseguran los portavoces de la Policía Local haciendo hincapié, además, en que la mayor parte de los sancionados son personas que no residen en Gijón.

Lo que no cambia, a pesar del paso de los años, es el perfil tipo de quienes cometen este tipo de infracciones. Nueve de cada diez personas sancionadas son hombres. En cuanto a rangos de edad el 63 por ciento de los que conducen después de haber consumido bebidas alcohólicas tienen entre los 21 y los 40 años. La Policía Local de la ciudad realiza más de mil pruebas de este tipo cada mes en controles preventivos que se llevan a cabo en diferentes puntos del casco urbano y en carreteras de acceso al concejo. El mayor número de positivos se registró, según se recoge en la estadística de la Policía Local, en el mes de mayo. El período menos conflictivo, por el contrario, fue el mes de enero.

Esta estadística no tiene en cuenta las pruebas de alcoholemia a las que se somete a los conductores que protagonizan un accidente de tráfico si bien esos casos, aseguran desde la Jefatura, son "menores" a la hora de contabilizar positivos. Superar la tasa permitida en los test de alcoholemia preventivos realizados por la Policía tiene diferentes consecuencias. Si la tasa es menor de 0,60 miligramos de alcohol por aire espirado el conductor se enfrenta a una sanción administrativa que conlleva una multa económica. En cambio si supera esa cifra se le considera autor de un delito contra la seguridad del tráfico por el que debe comparecer ante el juez.