"El 15-M en España significa un cierto cuestionamiento de todos los dogmas de la realidad palpable que la gente más joven estaba viendo, que no generaban bienestar y paz". El abogado Rafael Velasco destacó sobre el movimiento social producido hace cuatro años que "fue cuando me di cuenta que me hice viejo". "Marca ese cambio y esa incorporación de nuevas generaciones a la lucha política y social de forma muy distinta en ese momento", destacó. Velasco participó en el coloquio "Hablando de ciudadanía en la Asturies post 15-M" del Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón junto con Eva Martínez, de la asociación Cambalache y el historiador Javier Cubero.
Eva Martínez destacó que esa fecha "nos enseñó a demandar derechos, cambios y construir sociedades nuevas" y que la gente se dio cuenta que "era necesario recuperar los espacios públicos y hacer cuerpo en ellos, no desde los guetos o desde las instituciones, sino salir romper esas barreras y poner el cuerpo y la voz en los cambios que pedíamos".
El descontento social y la búsqueda de una democracia real fueron términos muy repetidos durante la charla. En la misma línea Javier Cubero resaltó: "Es un movimiento de descontento social en el que amplios sectores, entre ellos muchos jóvenes, se plantean que el planteamiento jurídico-político existente no les representa, que lo llaman democracia, pero no es un democracia real porque no sirve a sus intereses". Y añadió que la clave y la búsqueda desde entonces para todos ellos es que "la democracia tiene que tener una dimensión de participación popular".
Los ponentes resaltaron que uno de los cambios que se han producido es la necesidad de que el ciudadano participe y que sea una herramienta que favorezca avances democráticos en problemáticas de género y de clase. "Se recuperó el concepto de ciudadano desde una interpretación muy distinta al dogma liberal, en el que el concepto de ciudadano va ligado a la participación", apuntó Velasco.
También Eva Martínez quiso hacer hincapié en el hecho de que a raíz de ese movimiento "a los viejos partidos no les queda otra que reinventarse y apropiarse de las formas de ser de los nuevos partidos. Mientras que a los nuevos les toca intentar romper con lo establecido para establecer en el sistema". Y también recordó que a las militantes clásicas de las manifestaciones "nos hizo cuestionar y pensar que estábamos inmiscuidos en luchas que siempre estaban abocadas al frasco. El 15-M nos hizo ver otra forma de afrontar las reivindicaciones".
