De nuevo una obra escolar llevada a cabo en periodo lectivo ha vuelto a generar el enfado de una comunidad escolar. En este caso el cabreo se vive en el colegio Laviada donde se está llevando a cabo una operación "de cambio de canalones y recogeaguas en todo el perímetro de la pista cubierta", según explica la dirección del centro. Las obras empezaron en septiembre, casi al tiempo del inicio de curso, y lo hicieron además a un ritmo poco adecuado, según la valoración que hace el director, como para dar la agilidad necesaria a la citada obra.

"Las condiciones de seguridad son totalmente deficientes y el ritmo de la obra lamentable", reseña Pedro Lanza, director del Laviada A resultas de los trabajos llevados a cabo -"se quitó el antiguo canalón pero no se ha ido reponiendo con el nuevo, lo que dejó sueltas por la parte inferior las chapas laterales del tejado", explica- y del viento que sopló ayer por momentos en Gijón, varias chapas cayeron al patio escolar, obligando a personarse en el centro a policía local y bomberos.

"Es inadmisible que se repita sistemáticamente la realización de obras en los colegios en período escolar", sostiene el director del centro, principalmente por el riesgo que entraña en entornos que deberían ser muy seguros para los menores. Desde la dirección del centro se avertía ayer de que "si no se revisa, por parte de quien sea, todo el aspecto de seguridad relativo a esta obra no pemitiré el acceso al centro de los obreros y suspenderé la obra para salvaguardar la integridad física de los alumnos".