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Nuevas perspectivas laborales en la región

Cerebros asturianos de ida y vuelta

La Fundación ITMA y Prodintec integran en sus plantillas a asturianos de alta cualificación que, tras trabajar en el extranjero, regresan ahora con mayor formación

Luis de Arquer, Daniel Fernández Poulussen e Igor Guisasola, en las escaleras del ITMA, en Avilés. RICARDO SOLÍS

Las generaciones de jóvenes asturianos que han dejado su tierra en busca de un futuro más próspero no son ya el único ejemplo demográfico y laboral de la región: están también aquellos que han conseguido volver a casa. Mejor preparados, con más experiencia y dispuestos a ganar algo menos con tal de retornar a la tierra, son el ejemplo de lo que espera conseguir ahora el Gobierno del Principado con un plan de retorno del talento que pretende devolver a Asturias a investigadores, tecnólogos y personal directivo que actualmente desarrolla su carrera más allá de las fronteras españolas.

Dejaron atrás buenos puestos de trabajo, mejor remunerados y en muchos casos con proyección internacional. Y lo hicieron porque "la tierra y la familia tiran mucho" y porque, contrariamente a lo que mucha gente piensa, "en Asturias es posible hacer grandes cosas en con una visión global y no solo localista". Numerosos profesionales de la rama científica y tecnológica optan cada vez con más frecuencia por el retorno, y si lo hacen es porque en casa también surgen buenas oportunidades.

Uno de los principales focos de atracción en los últimos tiempos para estos retornados está siendo la Fundación Prodintec, centro especializado en el diseño y la producción industriales en el Parque Científico Tecnológico de Gijón, que, como indica la directora económico financiera y de Recursos Humanos, Susana Llaneza, "apuesta por los recuperar los valores que tenemos fuera, que si se han ido en la mayoría de los casos es porque no tenían alternativas aquí".

Es el caso de Nuria Rodríguez, ingeniera química gijonesa de 31 años que al terminar la carrera se vio con que no había nada para ella. "No surgía ni una oferta de trabajo". Por eso decidió, tras una Erasmus en Francia y cinco meses en China, aceptar un puesto en una consultora en Bilbao.

"Estaba contenta, pero después de tres años quieres vida, y no sólo dinero", aseguró la gijonesa. Por eso, cuando vio que Prodintec ofrecía un puesto que se ajustaba a su perfil, no lo dudó. "No todo lo paga el dinero, quería volver y estar cerca de casa, por eso aunque en la mayoría de los casos perdemos dinero, ganamos en calidad de vida".

De la misma opinión es el ingeniero industrial Iván González, que regresó a Asturias tras pasar cinco años en una empresa de maquinaria en Vitoria. "Aquí no tenía dónde trabajar de lo mío, surgió en Vitoria y allí me fui", relató. Como en el caso de Nuria Rodríguez, estaba bien allí. "Pero decidimos retornar porque la tierra tira". Tras más de un año de búsqueda vio una oferta en Prodintec y se presentó. Ya lleva cuatro años en Gijón, convencido de que ganar o perder es relativo: "Depende de tu escala de valores y del entorno en el que vivas".

Iván González, además, ha aprendido de su paso por otra comunidad que "es cierto que son buenos, pero es que además se lo creen, cosa que aquí no hacemos; nos pesa mucho el complejo de inferioridad, cuando somos tan buenos o mejores que ellos".

El físico Íñigo Rodríguez, de 28 años, es uno de los últimos en regresar a Asturias a través de Prodintec, tras un paso por Francia e Italia. "Allí me ofrecían trabajo, aquí nada", resumió. En su caso, la necesidad de volver se presentó cuando vio cómo la gente de su edad empezaba a plantearse cosas como comprar una vivienda o formar una familia. "Es un punto de no retorno, o sigues fuera o vuelves, pero ese es el momento". Así que después de tres años de experiencia "exterior", vio la oferta de Prodintec en Internet y no lo pensó. Porque "el dinero no da la felicidad". "Ganaba más dinero, pero no me permitía poder hacer otras cosas", afirmó.

Todos ellos consideran que su experiencia fuera les ha servido para enriquecerse y para ver las cosas con otra perspectiva. Sobre todo porque en Prodintec ven valorado ese bagaje, ese contacto con proyectos internacionales que en Gijón se sigue fomentando.

De hecho, esa dimensión global y la capacidad de diversificación es la que animó a muchos de los jóvenes profesionales asturianos a incorporarse a un proyecto que, como explica Susana Llaneza, busca "en primer lugar evitar la fuga de talento", con el trabajo en colaboración con la Universidad de Oviedo. Y en segundo lugar, "ofrecer la oportunidad de que los buenos profesionales que en su día se fueron puedan tener una oportunidad buena en casa".

Son perfiles, los de los retornados que "nos interesan mucho por esa visión global con la que llegan, porque nos aportan mucha capacidad de mejora y de seguir avanzando", aseguró la responsable de Recursos Humanos de Prodintec, que destacó la "innovación y libertad creativa" que les ofrecen como grandes bazas a la hora de que nuestros profesionales decidan regresar. Una línea que, en plena fuga de talentos, cada vez es más valorada por los asturianos.

Otro de los centros de investigación que da oportunidades para ese retorno es la Fundación ITMA de Avilés, metida de lleno en una fase de crecimiento, con nuevos proyectos, como la "Manzana del Acero", la participación en el parque tecnológico "Isla de la Innovación" y con perspectivas también de incrementar su plantilla. Su director -y también director de Prodintec-, el ingeniero Íñigo Felgueroso, es uno de los ejemplos del retorno: tras años de una sólida carrera laboral en Alemania, aprovechó la oportunidad de regresar.

Y no es el único caso de la empresa. La propia responsable de Recursos Humanos de la Fundación ITMA, Julia García, trabajó en diferentes provincias españolas, y explica: "No hay unas bases escritas de contratar a retornados, pero sí interés en recuperar la fuga de cerebros". Además, García lo tiene claro: "Los asturianos siempre quieren volver". Muchas veces el retorno es difícil porque el nivel laboral y económico que se puede obtener en otros países es superior al que Asturias ofrece. "Cuando vuelves, sopesas y sacrificas parte de eso a cambio de calidad de vida".

En un plato de la balanza, Asturias significa familia, buen clima, comodidad, vida más tranquila lejos de los atascos. Del otro, el éxito profesional y económico. "En mi experiencia, la gente está dispuesta a sacrificar su salario, pero hasta un límite. No obstante ahora la cosa está mucho más equilibrada con la crisis, porque los sueldos fuera ya no son lo que eran. Y los trabajadores han rebajado sus expectativas. Además en Asturias tienes menos gastos, los desplazamientos son más cortos...".

El perfil de Luis de Arquer es el del retornado por excelencia. Tras finalizar Telecomunicaciones en Asturias, se incorporó temporalmente al ITMA, pero la beca Fernando Alonso se cruzó en su camino y se fue a Inglaterra en el año 2010. Allí estudió un máster y pasó a formar parte del equipo Renault F1, donde estuvo cuatro años. Hace ya tres que regresó. "Empecé a buscar la forma de volver cuando tuve a mi segundo hijo". ¿Y por qué? "No es que hubiera nada malo allí. Pero siempre estás mejor en tu sitio. Cuando estás fuera tienes la sensación de que todo es provisional, hay barreras culturales y de idioma. En Asturias todo es más fácil, dejas de tener esa provisionalidad, y todo el mundo quiere volver".

Igor Guisasola, nuevo en la plantilla de la Fundación Itma, es asturiano consorte. Oriundo de San Sebastián, e ingeniero, estuvo varios años trabajando en Inglaterra, donde realizó su tesis doctoral. "Luego volví a España, estuve trabajando en varios sitios, hasta que salió esta oferta de trabajo", explicó. Para él, que se siente en Asturias como en casa, la diferencia respecto a vivir en el extranjero es abismal. "Hay muchas cosas que marcan la diferencia. El idioma es una barrera, por bien que sepas hablarlo. Y luego la cultura en general: los horarios, la gente... En Avilés estoy muy bien".

De todos modos, ambos valoran lo que les supuso laboral y personalmente salir de España. "Creo que es algo muy positivo y recomendable", afirmó Guisasola. Y De Arquer añadió: "Aprendes que las cosas se pueden hacer de otra manera, a veces mejor y otras peor, y es una experiencia que te sacude, te abre a otros países, realidades y empresas". Él gana menos que en Inglaterra, pero también tiene gastos más moderados, por ejemplo en el alquiler, que es la mitad más barato. "En realidad el nivel de vida es el mismo". De Arquer lo tiene claro: "Si miras el clima, la densidad de población, la calidad de vida... Asturias es el mejor sitio del mundo para vivir".

Aunque a Daniel Fernández Poulussen el trabajo no le llevó tan lejos como a sus compañeros, tras estudiar geológicas en la Universidad de Oviedo pasó varios años en Ponferrada, en la Fundación Ciudad de la Energía. "Fue una gran experiencia, me abrió las puertas para trabajar con otros socios europeos, realicé proyectos y viajes en Noruega, Alemania, Francia, Reino Unido? Y me abrió los ojos del panorama de proyectos de e-coperación internacional". Así que, aunque con sede leonesa, su vida fue internacional. "Durante seis años estuve colaborando y siendo parte fundamental en la preparación y ejecución de propuestas, de hasta 180 millones de euros. Y me tocó defender ese proyecto a su término en la propia comisión europea". Se especializó en algo tan singular como la captura en inyección de CO2, aunque la crisis vino a rebajar las posibilidades de desarrollo de este proyecto. Y es entonces cuando Fernández regresó, de la mano de la Fundación ITMA. "Me atraía volver a Asturias. Y vi una oferta que me encajaba muy bien con el tipo de trabajo que estaba realizando. Afortunadamente me incorporé, con la idea de trasladar mi experiencia en la I+D+i para fortalecer el tejido industrial de nuestra región, fortalecer la labor de ITMA desde el punto de vista internacional y tratar de aportar mi experiencia con socios europeos, con la estrategia de especialización inteligente". Razones para volver tenía "un millón".

Y es que, como dice Ricardo Lezcano, director de Siderometalurgia de la Fundación ITMA, bilbaíno de origen, "el asturiano siempre quiere volver a su tierra". Es su experiencia respecto a la gente de esta región. "Y quieren volver estén en la situación en la que esté. Los de otras regiones una vez que se casan, hacen su vida, ya interpretan que se van a quedar allí. No tienen la meta de volver a su lugar de origen. Un asturiano siempre quiere volver, esté casado, tenga un trabajo fenomenal, unas condiciones laborales increíbles?". Y cuando en la Fundación ITMA hace entrevistas de trabajo, los asturianos emigrados aseguran que las condiciones el sueldo no son prioritarias. "Eso con otras regiones no pasa, y me sorprende".

Como asturiano de adopción, asegura que la región tiene otra peculiaridad: la generosidad con que se recibe al que viene de fuera. "Es la forma de ser de los asturianos, muy amable. Enseguida te invitan a comer, en otras regiones no es un proceso tan rápido". Con humor apuntó: "Y otro detalle que siempre me hizo mucha gracia es que hay gente que según sale de Asturias se pone malo. Lo he visto y no lo podía creer".

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