Los representantes del Centro Asturiano de La Habana dieron ayer un "ultimátum" al presidente del Real Grupo de Cultura Covadonga y a su junta directiva para cerrar en el plazo de diez días un acuerdo que zanje los pleitos por la fusión de ambas entidades y que permita la incorporación inmediata de los 1.700 socios del Centro Asturiano al Grupo.

El ultimátum lo lanzaron ayer el presidente del Centro Asturiano, Marco Tuñón; el defensor del asociado y portavoz de la plataforma de damnificados, Gabriel Pérez y el abogado Alejandro Alvargonzález Tremols, en la reunión informativa a la que convocaron a los socios de ambas entidades en la Feria de Muestras. Sostienen que la propuesta de acuerdo que ayer hicieron pública no es ninguna imposición a la directiva grupista, sino que la negociaron este verano en una reunión con Tamargo, pero éste posteriormente se echó para atrás. La propuesta implica que la fusión tendría efectos a la fecha de suscribir ese acuerdo y no a hace cuatro años; el desistimiento del Grupo y del Centro Asturiano de todos los procesos judiciales en tramitación y el pago por el Grupo de 48.620 euros (30.000 por gastos jurídicos de la plataforma de damnificados y 133 euros a cada uno de sus 140 miembros), mientras que los abogados del Centro Asturiano renuncian a sus honorarios por cinco años de trabajo, explicó Alvargonzález.

Los representantes de la entidad de Mareo esperan que en el plazo de cinco días, a contar desde hoy, Tamargo haga una declaración pública asumiendo el pacto y en otros cinco días se formalice el mismo, homologándolo judicialmente.

Para los socios del Centro, en la práctica el acuerdo supondría que accederían de inmediato al Grupo, sin tener que esperar los dos a tres años que podría tardar en resolverse el recurso de casación que el Grupo ha interpuesto ante el Tribunal Supremo contra la sentencia de la Audiencia Provincial que obliga al Grupo a admitirlos. Eso, en el caso de que el Supremo admita el recurso, aunque si no lo admite, el Grupo también puede impugnar esa decisión, lo que tardaría bastantes meses en resolverse, se explicó ayer en la reunión. Por contra, los socios tendrían que renunciar a futuras demandas por daños y perjuicios contra la directiva grupista por haberles negado el uso de las instalaciones en estos años.

En el caso de que el presidente del Grupo no acepte la propuesta en el plazo fijado, "se van a reanudar las actuaciones judiciales y que cada palo aguante su vela", agregó Alvargonzález.

Marco Tuñón cifró los costes a los que se podría enfrentar el Grupo si su directiva no acepta el acuerdo, señalando que los gastos judiciales por todos los pleitos oscilan entre los 800.000 y el millón de euros, según sus cálculos.

Desde que hace cuatro años se otorgó la escritura de fusión, el Grupo Covadonga ha perdido todos los procedimientos judiciales seguidos por la vía civil.

Sobre la mesa están ahora dos sentencias ejecutivas de distintas secciones de la Audiencia Provincial de Asturias. Los bienes del Centro Asturiano de la Habana están ya a nombre del Grupo, tras una de esas sentencias, que era el requisito previsto en su día para la fusión. La segunda sentencia, que es la que el Grupo intenta recurrir en casación ante el Tribunal Supremo, señala que el Grupo debe permitir que se integren los socios del Centro Asturiano. Aunque la recurra, si no hay acuerdo, los representantes de la plataforma de damnificados pedirán que se ejecute cautelarmente.

Marco Tuñón espera que la directiva grupista de una respuesta positiva al ultimátum. En su opinión, hasta ahora Tamargo "para poder cubrirse él y su directiva de cualquier reclamación de los socios del extinto Centro Asturiano de la Habana y del Grupo de Cultura Covadonga" pidiéndoles responsabilidades por la factura millonaria que supondría para las arcas del Grupo tener que hacer frente a todos los gastos judiciales desde hace ocho años.

Los representantes del Centro sostienen que la directiva del Grupo "ha hecho todas las actuaciones que ha podido para impedir que se materialice la fusión, perjudicando a sus propios socios y a los del Centro".

Tuñón negó ayer que el Centro Asturiano haya acumulado deudas con posterioridad al concurso de acreedores en el que se vio inmerso en su día. Una situación que va a cambiar, advirtió, dado que en agosto se dejó de pagar la cuota a Hacienda "y que Hacienda tome las medidas que tenga que tomar". El presidente del Centro también quiso aclarar que el bufete de Alejandro Alvargonzález no cobra ni un euro del Centro desde el año 2011. Por otro lado, expresó su "orgullo" por el aguante de los socios durante todo este proceso.

El portavoz de la plataforma de damnificados señaló, por su parte, que este grupo de socios no será un obstáculo a un acuerdo para zanjar el conflicto. Además, retiró la petición que hizo a Tamargo para que lo reincorporara en su puesto de trabajo como monitor de voleibol del Grupo Covadonga, del que lo echó, afirmó, en represalia por los escritos que presentó formalmente en el Grupo en su papel de defensor del socio del Centro Asturiano. Gabriel Fernández, sostiene que tanto él como otras personas próximas fueron "represaliados" por la dirección grupista.