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CARLOS ECHEVERRÍA | Profesor en la UNED y experto en terrorismo yihadista

"La batalla contra el Estado Islámico sólo puede liderarla Estados Unidos"

"El 11-M demostró que España es un lugar privilegiado para los terroristas"

Carlos Echeverría. ÁNGEL GONZÁLEZ

Carlos Echeverría es profesor de Relaciones Internacionales en la UNED. Colabora desde hace más de dos décadas con el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional en actividades docentes e investigadoras, así como con la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra, la Academia General Militar y otras instituciones de enseñanza de las Fuerzas Armadas. Es profesor del Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado y entre sus áreas de especialización se incluyen los estudios de Seguridad y Defensa, con atención a áreas geográficas (Mediterráneo y Oriente Medio, África, Cáucaso y Asia Central) y a cuestiones temáticas (terrorismo yihadista). Ayer habló sobre el Estado Islámico en el ciclo de Defensa del Ateneo Jovellanos.

-¿El terrorismo yihadista es la mayor amenaza para la seguridad global?

-Depende de quien hablemos. Para Occidente lo es pero otros consideran más importante la tensión con Rusia. Para Turquía su prioridad es luchar contra los kurdos. El Estados Islámico (EI) no ha sido ni es una amenaza para ellos. Y para Rusia su prioridad es la tensión con Ucrania.

-¿Qué percepción existe en Europa?

-Tienen menos percepción los países que están más lejos y mucha más los que estamos más cerca del epicentro de las revueltas árabes aunque lo que sí ha conseguido el Estado islámico, a diferencia de Al Qaeda, a pesar de que golpeó con saña, es que ha logrado diseminar la amenaza, hacerla más numerosa, deslocalizada y, por tanto, aparte de su manejo de las redes sociales y de imágenes dantescas, sus siglas provocan pavor.

-¿El uso de los medios de comunicación y redes sociales es la principal arma del terrorismo islámico en este momento?

-Es una herramienta para llegar más lejos y la manejan muy bien. El reclutamiento es, ante todo y sobre todo, por esa vía. También es verdad que los tiempos han cambiado. Hace 15 o 20 años Al Qaeda utilizaba las televisiones por satélite. Y esas herramientas, igual que han servido para nacer y desarrollar a las revueltas árabes, porque sin redes sociales no hubiera sido lo mismo, también el Estado Islámico y otros grupos terroristas utilizan esa autopista y hacen un esfuerzo tremendo por sacarle partido.

-¿Qué les diferencia en su dimensión propagandística con los grupos de Al Qaeda?

-En términos ideológicos, nada. Lo que les diferencia es que ha habido elementos díscolos que antes no había: decidir combatir en Siria en lugar de quedarse en Iraq y la proclamación del califato, que es un órdago, hace que hablemos de actores, pero la ideología es la misma, el yihadismo salafista es igual de cruel uno que otro pero con esos cambios que no se habían dado hasta ahora. Al Qaeda también es un proyecto califal. Bin Laden quería construir un califato pero no lo hizo probablemente porque tampoco las circunstancias eran las propicias y se concentró en el emirato islámico de Afganistán y desde ahí , a atacar a los EE UU y los EE UU reaccionaron atacando al emirato islámico de Afganistán pero el Estado Islámico tal como lo conocemos hoy, si existe, es gracias al caos generado por las revueltas árabes y, sobre todo, a que se abriera un frente de batalla tan brutal y tan difícil de resolver como el de Siria.

-¿Qué papel juega EE UU en la mitigación de esa amenaza terrorista?

-Como única superpotencia, es líder en la coalición y está respondiendo pero ya no es lo mismo que antes. No solo porque Obama no es Bush, también en buena medida, como consecuencia de las revueltas árabes, que han multiplicado los actores y algunos van por libre. Me refiero a Arabia Saudí, Qatar, Turquía. Cuando quieren hacer algo no consultan a Washington. Ahí se nota ya que las reglas del juego son diferentes pero el campo de batalla contra el Estado Islámico nadie lo puede liderar que no sean EE UU, con las capacidades que tiene y las limitaciones que el propio teatro impone. Por eso, cuando se abre el frente sirio se abre una gran caja de pandora. La violencia, el dolor y los efectos de esa guerra tan brutal, los movimientos de población que se generan y la frustración que todos sentimos están ahí para quedarse.

-¿En qué puede desembocar esa crisis del frente sirio?

-En el corto y el medio plazo tiende a agravarse porque los movimientos de población van a más. Europa sigue siendo la gran oportunidad ante la mirada de todas estas personas sin horizonte. No olvidemos que Turquía está facilitando ese paso.

-¿Europa está preparada para gestionar esa emergencia?

-Nadie está preparado para algo así y, además, aquí las contradicciones son enormes. Cada estado tiene sus intereses y prioridades. No es solo una cuestión logística, también es política y económica, y eso va a continuar generando dificultades en los próximos años. El terrorismo yihadista ha sido uno de los grandes dinamizadores de este caos porque haya donde el EI se instala o amenaza con instalarse lo que se genera inmediatamente es el terror.

-¿En qué ha variado la política de defensa de España esa amenaza terrorista?

-España lleva muchos años ocupándose de esto y, además, con la experiencia previa de la lucha contra ETA, es decir, no hemos tenido que aprender desde cero. En los noventa España ya era escenario de reclutamiento y tráficos ilícitos que alimentaban a grupos yihadistas. Luego en el inicio del nuevo milenio, con el florecimiento de Al Qaeda, el 11-M nos demuestra que España es un lugar privilegiado para los terroristas y todo eso ha ido generando unas lecciones y una puesta al día de nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y de nuestros servicios de inteligencia. Hasta hoy, que somos uno de los países amenazados por aquello de Al-Andalus, que es una mala interpretación de todos estos grupos terroristas que manejan muy bien los símbolos y manipulan la historia y la religión, lo que hace que España sea tierra privilegiada de yihad. Las publicaciones de este mes, tanto de Al Qaeda como del Estado islámico, se ocupan peligrosamente de nosotros y eso siempre es una mala noticia.

-¿Es posible un nuevo 11-S o un 11-M?

-Eso es muy difícil de prever. No se puede decir sí o no. Sería un ejercicio de pura irresponsabilidad. Para que haya una amenaza tiene que haber una combinación de motivaciones y medios, capacidades e intenciones. Quizá atentados de esa envergadura, que no son fáciles de igualar, no, pero intención de cometerlos sí. Ahora que tenemos reciente un intento frustrado de atentado en el tren entre París y Amsterdam nada los diferencia de un atentado tipo 11-M. El 11-S tampoco debemos olvidarlo porque a raíz de aquello nos dimos cuenta de cuán imaginativos eran los terroristas. Ahora estarán tratando de ver cómo reproducir ese tipo de efectos en un escenario distinto y con otros medios. Por eso es tan importante que la ciudadanía tenga claro que existe una amenaza, que no le provoque el pavor que inmoviliza, porque ese es el objetivo de los terroristas pero que no se crea que con el 11-S y con el 11-M ya está todo inventado. El Estado Islámico lo que nos muestra es que son innovadores y tienen capacidades e intenciones para hacer cualquier tipo de acción.

-¿Hay conciencia en la ciudadanía de ese riesgo?

-Por motivos obvios, y después de tanta campaña mediática que hemos tenido con el Estados Islámico, con las decapitaciones y demás, cualquier persona a la que se le pregunte sabe que hay una amenaza pero de eso a que haya una toma de conciencia en clave de evaluar con calma la situación es distinto. Hay que conseguir darle la importante que tiene como una amenaza permanente, pero sin ánimo de crear pavor. La ciudadanía tiene que saber que hay una amenaza y que ya se tiene que replantear si quiera pasar sus vacaciones en un sitio o en otro, porque luego se puede llevar una sorpresa dramática.

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