"No aceptaremos nada que no sea un soterramiento". La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV), Tita Caravera, se muestra inamovible con respecto al futuro ferroviario de la ciudad, inmersa estos días en una ronda de reuniones con representantes políticos de todos los grupos para valorar las últimas propuestas para el plan de vías gijonés.

La intención de llevar las vías de los servicios ferroviarios de largo recorrido por superficie hasta la estación que se ha propuesto a la altura del Museo del Ferrocarril ha sido acogida con asombro por los representantes vecinales, habida cuenta de que "nunca se había hablado de algo así". Tita Caravera ha dejado claro que se opondrán a cualquier proyecto que se desarrolle con las vías en superficie. "Por eso no vamos a pasar, no estamos dispuestos a ello", afirma antes de recalcar que la postura de la FAV en este punto es "inamovible", dado que la intención del plan siempre fue la de eliminar la barrera ferroviaria que parte en dos el oeste de la ciudad. Colocar de nuevo las vías en superficie hasta una posición tan central supondría, razonan los colectivos vecinales, "justo lo contrario". Y por eso, a la espera de conocer los detalles del proyecto que Carmen Moriyón y la ministra Ana Pastor debatieron el pasado lunes por boca de la propia alcaldesa, en una reunión que mantendrán mañana viernes, Caravera lo tiene claro. "Nada que no sea soterramiento por mucho que se hable de cubiertas vegetales", afirma.

Otra de las cuestiones que preocupan a los vecinos es la de la estación de autobuses, de la que por el momento no se ha hablado en la propuesta de Fomento. Se trataría de una parte del proyecto cuyo coste asumiría el gobierno regional, y los vecinos dejan bien clara su postura, dado que "siempre hemos hablado de una estación intermodal, que conecte trenes y autobuses", y con una supresión de las vías.

En este sentido, la FAV valora la centralidad de la estación, si bien los vecinos apuesta más por la "agilidad en la ejecución del proyecto". Porque ahora, el temor es el de que la tramitación con el cambio de ubicación se demore de nuevo en varios años y "sigamos perdiendo el tiempo". Del mismo modo, Caravera recuerda que "en las ciudades con estaciones modernas, suelen estar a las afueras pero bien conectadas con el centro".