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Directo al corazón

"Doy gracias por poder ver el mundo bajo la mirada global de un arquitecto"

"Empecé desde niño a interesarme por los sellos y aquí sigo; un día me propusieron ser presidente del Grupo Filatélico y Numismático y lo soy desde 2013"

"Doy gracias por poder ver el mundo bajo la mirada global de un arquitecto"

Mientras hablaba con José Antonio Pérez Lastra, me decía a misma, tiene que ser un buen hombre porque trasmite paz, incluso felicidad. Su conversación es serena, vacía de todo atisbo de orgullo o presunción, conceptos que estima como pasados de moda. Aunque sus variados conocimientos lo definen como un intelectual, no se detiene en reconocerlo; es experto, entre otras cuestiones, en la obra del arquitecto Joaquín Vaquero Palacios. De aspecto agradable, ni de lejos representa los 61 años que indica su DNI.

-Por favor, defínase.

-Soy un arquitecto enamorado de todo lo que significan las Bellas Artes, y doy gracias por poder ver el mundo bajo la mirada global de un arquitecto. Nací en Gijón (1954), mayor de dos hermanos. Me considero trabajador, disciplinado, y según mi esposa, desordenado. Tengo buenos amigos, y dos hijos que trabajan conmigo, Diego y Luis, diseñador gráfico y arquitecto respectivamente. Siempre he estado muy vinculado a Gijón, donde ejerzo desde hace 35 años.

-¿De pequeño jugaba a los cromos?

-Sí, de todo tipo. Recuerdo una colección de pintura muy interesante, y por supuesto varias de fútbol, incluso creo que ya pasaron por mis manos los primeros sellos.

-¿Dónde hizo sus estudios?

-El Bachiller en el colegio de La Inmaculada, del que guardo muy buenos recuerdos y excelentes compañeros, entre ellos Alfonso Peláez. La carrera la cursé en la Escuela de Valladolid, donde sólo se estudiaban los primeros años, terminándola en la de Madrid.

-¿Hay alguna relación entre la arquitectura y la filatelia?

-La arquitectura es historia y la filatelia tiene mucho de historia. Empecé desde niño a interesarme por los sellos, y aquí sigo. El Grupo Filatélico y Numismático tiene su sede en la calle Almacenes, donde nos reunimos los martes y los viernes. Un día me propusieron ser presidente y lo soy desde 2013.

-Usted, ¿de qué sello cojea?

-De excesivo perfeccionismo, soy exigente e impaciente, aunque el tiempo me va amortiguando.

-¿Le gustan los tatuajes?

-Me gusta la impresión en papel, los sellos, pero en el cuerpo no. Tuve veinte años, pero entonces no se llevaban. El arquitecto austriaco Adolf Loos, precursor de la arquitectura moderna, en su obra "Ornamento y delito" identifica los tatuajes con las costumbres de las tribus primitivas.

-¿Quién ha sido su maestro?

-En el aspecto humano, mis padres que me enseñaron los valores más importantes de la vida. Y en el profesional tuve la suerte de tener como profesor, en la Escuela de Madrid, a Sanz de Oiza, cuyas clases de proyectos eran muy atractivas. Dados sus conocimientos y sensibilidad sus lecciones eran un espectáculo.

-¿Y su político?

-Sin ánimo de ocultar otras facetas de su persona, mi referente político podría ser Jovellanos.

-¿A quién admira dentro de su profesión?

-Para mí los dos grandes arquitectos del siglo XX han sido Ignacio Álvarez Castelao y Joaquín Vaquero Palacios. Tuve trato con ambos y soy especialista en la obra del segundo, cuyos estudios he recogido en un libro editado en 1993. En 1996, al concederle la Medalla de Oro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, tuve el honor de dar el discurso de presentación. Y también la charla inaugural del curso de Historia del Arte, dedicado a la arquitectura interior de Joaquín Vaquero Palacios.

-¿Qué piensa del enredo del PGO gijonés?

-Que es una lástima la anulación por las repercusiones que tiene sobre la gestión de obras.

-¿De qué proyectos se siente orgulloso?

-De todos porque responden a un trabajo concienzudo y serio, integrado cada uno en su lugar. Pero si tengo que citar, señalaré el complejo deportivo "El Quirinal", de Avilés, inaugurado en su día por don Felipe, entonces Príncipe de Asturias. Y la rehabilitación del Casino de Gijón sobre el Hotel Hernán Cortés. El Centro de Día del Arbeyal, o la ampliación del Centro de Salud de Contrueces y la piscina climatizada de Moreda... Todas estas obras fueron ganadas en concurso. Y del trabajo y el esfuerzo que requirieron sí me siento orgulloso.

-¿Y qué le molesta?

-La negatividad permanente, que haya gente que asume cargos para su propio beneficio sin pensar en los demás, o los que hacen daño.

-¿Qué talento añadiría a su personalidad?

-Teniendo en cuenta que la música es el arte más espiritual me gustaría tener un buen oído, tocar algún instrumento, o cantar. Hace diez días estuve en Dubrovnik, asistiendo a tres conciertos de las jornadas de verano para Orquesta de Cámara que ofrece la ciudad. Fueron maravillosos. Me gusta mucho la música.

-Volviendo a la filatelia, ¿cuál es su tesoro?

-La colección de la Historia Postal de Asturias que actualmente se exhibe en el Antiguo Instituto dentro de la exposición de las XXIII Jornadas Filatélicas. Comienza en 1717, cuando se reordenaron todas las cajas postales de España, hasta hoy. Me encanta colaborar con otras entidades culturales, este año lo hemos hecho con el Foro Jovellanos y el año pasado con la Federación de Coros de Asturias. Es bueno que las sociedades colaboren entre sí. En ambas oportunidades aprovechamos los aniversarios para emitir un sello y sus matasellos conmemorativos.

-¿Deportivamente tiene alguna obsesión?

-No, añoro mis catorce años de jinete en el CHAS. Hoy hago lo que puedo, camino, ando en bicicleta, y sigo al Sporting muy ilusionado con esta nueva etapa que nos ofrece.

-¿Qué sueño le queda por realizar?

-Me gusta viajar por sitios desconocidos, descubrir la cultura de otros países.

-¿Qué nota se atribuye en sentido del humor?

-Tendrían que dármela los demás, pero me río fácilmente; la risa lo cura casi todo.

-Si volviera a empezar, sería...

-Sería arquitecto, pero en vez de venir a Asturias, como hice en 1977 al terminar la carrera, tal vez me iría a otro lugar del mundo. Creo que la arquitectura está más reconocida en otros países que en España.

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