Los festejos en honor de San Miguel, que haciendo honor a su fama han propiciado un agradable veranillo, tuvieron en la jornada de ayer el día grande.

En Castiello de Bernueces tuvo lugar la misa solemne de fiesta seguida de procesión, sesión vermú y una animada comida para grandes y pequeños, con una gran corderada y un menú infantil especial para los niños.

En Pumarín también se dedicaron a la gastronomía, con la preparación de una paella gigante de degustación para los numerosos presentes. Los niños, por su parte, disfrutaron por la tarde de una sesión con el Payaso Tato, antes de la última verbena.

Y en Serín hubo misa solemne, parroquia y un gran pincheo para todos los asistentes en el salón parroquial.