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Un auténtico hombre de acero

El gijonés Manuel Monasterio, trasplantado renal, finaliza con éxito el primer triatlón distancia "Ironman" de Madrid y se prepara para los Mundiales de 2017

Monasterio cruza la línea de meta en Madrid. JUAN PLAZA

Cuando hace seis años el gijonés Manuel Monasterio fue sometido a un trasplante renal pocos podían creer que, además de una rápida recuperación, pronto lograría también algunos de sus retos deportivos más anhelados, la prueba "Ironman". Fruto de su experiencia personal en hospitales y diálisis comenzó a colaborar con la asociación "Deporte y Trasplante España", de la que es socio y con cuya equipación compite para dar a conocer la realidad de las personas que han vivido en sus carnes el proceso de un trasplante.

Así el pasado domingo finalizó con éxito el primer triatlón distancia "Ironman" de Madrid. Su recorrido ciclista por los puertos de la Sierra de Guadarrama, lo convierten en uno de los más duros de Europa. El gijonés reconoce que su participación en este tipo de competiciones, además de una prueba de esfuerzo personal, también permite dar visibilidad a la importancia de la donación que es también uno de los objetivos del colectivo "Deporte y Trasplante España". "El año que viene iré a los campeonatos nacionales de trasplantados que organizan. Y con ellos me prepararé para competir en los mundiales de Málaga de 2017", anuncia resuelto el gijonés.

En la prueba de Madrid tuvo que cubrir distancias de 3.800 metros de natación en el embalse de Riosequillo (Buitrago de Lozoya), 181 kilómetros de bici superando cuatro puertos importantes -Canencia, Morcuera, Cotos, Navacerrada, llegando hasta Madrid Río-, y donde también corrió 42 kilómetros con final en Puerta del Sol. "Lo completé en 13 horas y 42 minutos", relata orgulloso de esta última marca personal.

"Conmigo lo hizo el deportista madrileño, también trasplantado renal, Francis Sanz Díaz. Los dos colaboramos en el estudio de la doctora Sonsoles Hernández Sánchez sobre trasplante y deporte de larga distancia", explica sobre la vertiente más solidaria de su participación en pruebas deportivas pues los valores y analíticas, durante y después de la competición, ayudarán a la finalización del citado estudio médico.

Ahora, tras haber completado con éxito desafíos como la prueba "Ironman" de media distancia "Islas Cíes", de Vigo y después la carrera Ultratrail de Somiedo, una cita de larga distancia de 87 kilómetros y 9.450 metros de desnivel acumulado por el Parque Natural de Somiedo, Manuel no ve obstáculos en su camino. "Sigo intentando aportar con este esfuerzo que otros compañeros trasplantados o que esperan un órgano, vean la calidad de vida que pueden conseguir y que pierdan el miedo a no ser útiles o inferiores a los demás", razona.

El gijonés se muestra encantado de colaborar con la asociación "Deporte y Trasplante" donde "conoces a gente en tu misma situación, trasplantados de todo tipo o gente en diálisis y se aprende mucho". Y para quienes todavía no han perdido el miedo a recuperar el contacto con la práctica deportiva o a realizar esfuerzos, Manuel aconseja seguir el ejemplo de otros tantos socios como él. "Este año, vino a Gijón, mi compañero Antonio Ontoso Picón, trasplantado de corazón, nada más y nada menos, que corrió conmigo la Carrera DonaVida", cuenta sobre los vínculos de amistad surgidos en el ámbito del deporte. Sus experiencias también dan vida.

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