A Luis Antonio García Martínez, director del departamento de Maniobra y Navegación de la Escuela de Especialidades Fundamentales de la Armada en La Graña (Ferrol), adscrita al Ministerio de Defensa, donde permaneció ocho años, le ha acompañado en todos sus destinos su profunda vocación docente. Tras su etapa en Galicia se incorporó como segundo comandante naval en Santander, donde permaneció los tres últimos años. Pero nunca ha perdido su vinculación con la Universidad y el ámbito académico. Desde esta semana ocupa el cargo de segundo comandante naval de Gijón, un destino al que llega con todo el entusiasmo y alegría de aquellos que han desarrollado buena parte de su trayectoria profesional fuera del Principado.
En sus inicios estuvo dedicado a la navegación de tipo "Tramp" por todo el mundo en buques mercantes, ocupando las plazas de tercer oficial, segundo oficial, primer oficial y capitán de relevos en la Compañía Armadores de Cabotaje, ya desaparecida. Durante el desempeño de esas funciones, se contemplaba la jefatura de personal, la gestión económica y la relación administrativa con diferentes empresas y autoridades de otros países.
Tras esa etapa estuvo volcado en las labores de inspección y control de calidad de materiales transportados por vía marítima, en la empresa multinacional suiza SGS Española de Control y en Asturias Survey Control. Se embarcó después en la fragata "Blas de Lezo" como oficial en prácticas, fue jefe de aprovisionamiento del Patrullero de Altura "Serviola" y durante dos años estuvo como segundo de la Comandancia Militar de Marina de Almería. Tras una breve etapa de vuelta Asturias como jefe de personal en la Delegación de Defensa de Oviedo, se desplazó a Galicia donde inició su etapa docente como profesor de la Escuela de Especialidades Fundamentales de la estación naval de la Armada en La Graña (Ferrol).
Este pixueto, capitán de la Marina Mercante y Capitán de Pesca, condecorado con varias cruces al Mérito Naval, es asimismo un experto en pesca que ha impartido varios cursos en distintas universidades españolas, además ha realizado varios trabajos sobre el estado del caladero del Cantábrico, uno de ellos, leído en la Escuela de Marina Civil de Gijón y calificado con sobresaliente "cum laude".
Conocedor como pocos del mundo de la mar, reconoce que le hubiese gustado estudiar Derecho Económico de no haber sido marino, y se muestra encantado de repasar, siempre que se lo plantean, los desafíos a los que se enfrenta el sector marítimo.
Preocupado por la sostenibilidad del medio marino tanto desde la perspectiva de garantizar la pervivencia del ecosistema como desde el punto de vista de la seguridad, Martínez se muestra confiado en la labor de los órganos comunitarios para alejar cualquier tipo de amenaza. Sus compañeros lo definen como un hombre "con mucha capacidad y muy buena pedagogía". A Gijón y a la Escuela de Marina Civil, donde estudió, ha vuelto en varias ocasiones para impartir conferencias. "Es un apasionado de la docencia", confirman en su entorno.
Pese a que sus singladuras le han llevado a diferentes destinos profesionales, primero como marino mercante y, más tarde, ya desde dentro de la Armada, su familia se sitúa en el centro de su trayectoria vital. A sus hijos "y a todos los que viven a mi lado, con libertad y con cariño, formando la totalidad de mi familia" les dedica cualquier publicación que lleva su nombre. Y con su familia disfruta de sus descansos en Asturias, en la casa de El Pito, en Cudillero, donde también acostumbra a reunirse con compañeros y amigos de profesión.
Capitán de Corbeta, segundo Comandante Naval de Santander, Doctor en Ciencias Náuticas y de la Navegación, Capitán de la Marina Mercante y exdirector del Departamento de Maniobra y Navegación de la Escuela de Especialidades Fundamentales de la Armada La Graña... En su extenso currículo no faltan tampoco las menciones a su buen hacer en forma de reconocimientos tan prestigiosos como la cruz del mérito naval tres años: en 1993, 2003 y 2006.
Ahora que regresa a Asturias, y sin haber tenido casi tiempo para desembalar todo el material de la última mudanza, anuncia con satisfacción que "éste será mi último destino en activo", como manifestó en una comunicación reciente remitida a amigos y compañeros de profesión en el Principado. Luis Antonio García Martínez afirma llegar a Gijón con la misma ilusión y las mismas ganas de trabajar "como si se tratara de mi primer día de servicio a la Armada, con el ánimo y la disposición de poder seguir haciéndolo en mi tierra con toda mi gente", concluye.
