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Francisco toma cartas

Dos abogados gijoneses llevan por escrito ante el Papa, que decide actuar, el caso de un menor vasco víctima de abusos sexuales en un colegio religioso

La abogada gijonesa Leticia de la Hoz. MARCOS LEÓN

De un despacho de abogados de Gijón a la Santa Sede. Los letrados gijoneses Luis Manuel Fernández y Leticia de la Hoz, especializados en casos de acoso escolar, han conseguido llegar al mismísimo Papa Francisco para denunciar ante la máxima autoridad de la Iglesia un presunto caso de abusos sexuales a un menor en un colegio del Opus Dei en Leioa (Vizcaya).

Los hechos han saltado a la primera plana nacional tras dar el Papa Francisco la orden de que un tribunal canónico juzgue al profesor que supuestamente abusó de un alumno en el colegio Gaztelueta, un centro del Opus en el que el menor estudiaba cuando se produjeron los hechos. Y la orden papal se ha producido después de que los abogados gijoneses decidieran "seguir el ejemplo del joven que denunció desde Granada los casos de abusos sexuales a los que habría sido sometido", explicaba ayer Leticia de la Hoz. La misiva de aquel joven sirvió para destapar una trama de supuestos abusos en parroquias, y "nos pareció que una carta al Papa podía ser un buen medio de denuncia", apunta la letrada gijonesa.

Así pues, los padres del alumno vasco enviaron una carta y "un completo dossier con pruebas e informes médicos" a instancias de sus abogados. Como sucedió en el caso de Granada, la respuesta del Santo Padre no se hizo esperar. El informe le fue enviado en noviembre del año pasado, y en diciembre el Papa se puso en contacto con la familia de forma personal, a través de una carta en la que les comunica su decisión de investigar el caso. "Hoy mismo envío la documentación a la Congregación para la Doctrina de la Fe para que instruyan el juicio canónico al educador y al colegio pero sin molestar al chico", señala el Papa Francisco en una comunicación escrita de su puño y letra.

El caso se encuentra ahora mismo en fase de instrucción en el tribunal canónico, con una ventaja. "El Papa dio la orden de que se saltaran una serie de pasos previos que hubieran alargado mucho el proceso", explica Leticia de la Hoz. Y de manera paralela, los abogados gijoneses han interpuesto una querella contra el profesor por presuntos delitos de abuso sexual, agresión sexual y contra la integridad física y moral, que se encuentra también en fase de instrucción y de práctica de pruebas, como señala la abogada de Gijón. En el caso de que se produjera una resolución favorable, el despacho gijonés estudiaría también la posibilidad de denunciar al colegio, algo que aún no se ha producido.

El caso se remonta a los cursos 2008-2009 y 2009-2010, cuando el adolescente cursaba primero y segundo de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Entonces se inició como un caso de acoso escolar, puesto que los compañeros de clase del chaval empezaron a mofarse de él porque el profesor, a la sazón su mentor, lo sacaba de clase varias veces por semana y se reunía con él por espacios prolongados de tiempo.

Los hechos no tuvieron mayor repercusión entonces, hasta que el estudiante, que ahora tiene 19 años, relató a su familia lo que en realidad ocurría entre aquellas cuatro paredes. Según la denuncia de los padres, el niño debía acudir cuatro o cinco veces por semana al despacho del profesor, con la puerta cerrada y las persianas echadas. Era entonces cuando, presuntamente, le enseñaba fotos de chicas desnudas y lo sometía a tocamientos.

El caso fue investigado por la Fiscalía de Menores vasca pero se archivó poco después. Y los padres, desesperados por la situación en que se encontraba su hijo, decidieron contactar con el bufete gijonés para denunciar el caso ante las más altas instancias. De momento han conseguido llegar al Papa Francisco, y siguen denunciando, con la ayuda de los letrados, la poca implicación del centro cuando pusieron los hechos en su conocimiento. Ahora esperan que la justicia, "divina o humana", ayude a su hijo a superar el trauma.

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