Dentro el complicado entramado de litigios establecido entre el Centro Asturiano de La Habana en Gijón y el Real Grupo de Cultura Covadonga por su complejo proceso de fusión, la entidad de Mareo tiene ganada, al menos por el momento, la batalla relativa el registro de sus bienes. El Centro, que pelea por la consecución de la fusión por absorción, ha logrado que los juzgados avalen el registro a nombre del Grupo de sus propiedades en Begoña y en Mareo.

Ahora, ha sido el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Oviedo el que ha avalado esta cuestión, después de que haya desestimado un recurso del Grupo para mantener, como medida preventiva, la anotación en el registro de la propiedad, como condicionante de que el Grupo sea dueño de los bienes del Centro, el litigio abierto por la entidad grupista contra la institución de Mareo y una registradora de la propiedad al entender injusto que inscribieran a su nombre las citadas propiedades. Ese juicio ha llegado al Tribunal Supremo después de que el Grupo recurriese una sentencia de la Audiencia Provincial que da la razón al Centro Asturiano y la inscripción de sus bienes a nombre de la entidad grupista.

El juzgado ovetense ha desestimado mantener la medida cautelar dado que "los representantes legales del Grupo solicitaron el mantenimiento de la cautelar fuera de plazo", y valorando además el hecho de que la Audiencia Provincial no les diese la razón.

Según explican desde Alvargonzález Asociados, despacho de abogados que defiende los intereses del Centro Asturiano, "en la práctica esta resolución reafirma que la plena propiedad de los inmuebles sitos en Begoña y Mareo figure , inscritos en los Registros de la Propiedad 1 y 6 de Gijón, a nombre del Grupo, sin que aparezca ninguna limitación o condicionante alguno". Y agregan: "Ello no sólo tiene una evidente transcendencia a efectos de publicidad frente a terceros, sino que el hecho de que haya sido dictado por el mismo Juzgado que en su día adoptó la medida cautelar, resulta muy significativo, pues concluye que el Grupo ya no mantiene la apariencia de buen derecho que en su día alegó para justificar que la registradora de la propiedad no inscribiera la plena propiedad de nuestros inmuebles a nombre del Grupo".