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Desahucian a una mujer de 67 años sin poder llevarse de su finca un caballo y gallinas

La afectada, que no había recibido ningún aviso, estaba en pijama en el momento del desalojo

Un amigo de la afectada se lleva las gallinas de la casa. ÁNGEL GONZÁLEZ

"Una persona que van a desahuciar no está en pijama pasando una aspiradora. Aparecieron sin avisarme, me dijeron que me vistiera, que había que espabilar, y que cogiera lo que necesitara en aquel momento". Sin recibir la notificación judicial, María del Carmen Herrero, de 67 años, se vio obligada a desalojar su casa de La Providencia el pasado martes por la tarde sin sus pertenencias y teniendo que dejar dentro de la finca a un caballo de una amiga y a sus gallinas. Ayer, junto a un grupo de amigos y miembros de la Plataforma Antidesahucios (PAH) pudo pasarse por su casa para llevarse algunas de sus cosas y a los animales.

La afectada tuvo que rehipotecar su casa a consecuencia de la crisis económica por una deudas que se adquirieron por un empresa de calderería de la que eran dueños ella y su marido y que acabó cerrando. En 2010 falleció su marido, que padecía una encefalitis herpética que le había hecho perder la memoria. "En 2012 se había producido el primer intento de desahucio debido a que la empresa de calderería, tras enfermar mi marido y llevar el taller otra persona, contrajo deudas por no pagar ni a acreedores ni a Hacienda ni a nadie. Pero yo no me llevé ni un duro", denuncia la afectada. "Cuando empezaron los problemas de la hipoteca fui al banco para que de mi pensión me pusieran una cuota adquisitiva para que pudiera pagar la hipoteca, Pero no tuve respuesta", subraya Herrero.

La otra parte implicada en el proceso fue Olivia Iglesias, que acogió en su casa de Argüero (Villaviciosa) a Carmen Herrero tras el desahucio. El caballo era de su propiedad, al haber alquilado la finca para el pasto. "Bajo coacción delante de la policía me dijeron que o sacaba el caballo o lo regalaban. Pero yo en aquel momento no podía llevármelo porque con tan poco tiempo no podía encontrar una finca", resalta. "Me dijeron que no era su problema, que me abrían como favor, y que si no lo recogía, que no se hacían cargo de posibles problemas", añade Iglesias.

Ayer la dueña del caballo acudió a recogerlo para llevarlo a otra finca. "Ahora el problema es que se encuentra en un espacio que no está bien cerrado, con el riesgo que conlleva, y que estuvo casi 29 horas sin comer ni beber, y con el riesgo de enfermedades que eso acarrea", señala. Carmen Herrero recibió ayer, tras haber sido desahuciada, una notificación para ir al juzgado. Pero el daño ya estaba hecho. La PAH, junto con Servicios Sociales, trabajaba en buscarle una vivienda. "Es un desastre está situación", comenta.

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