Las modas vuelven. En todos los ámbitos. Lo que en un momento puede parecer pasado o "démodé", al cabo de los años se revaloriza. Y mucho. Un ejemplo claro de esto son las antigüedades en mobiliario y decoración. Todo el mundo quiere incorporar el toque "vintage" a su residencia u oficina, combinándolo en muchas ocasiones con aires y estéticas modernistas y actuales. La mezcla de estilos está a la orden del día.

Para todos ellos, y para los que aún no han profundizado en el fantástico mundo de las piezas y objetos añejos, la Cámara de Comercio de Gijón y Llobregat Servicios Feriales han organizado este fin de semana en Gijón la XVI Edición de la Feria del desembalaje de antigüedades. Arrancó en la tarde de ayer y se desarrollará entre hoy y el lunes 12 en el recinto Luis Adaro, en horario ininterrumpido de once de la mañana a nueve de la noche. La entrada tiene un precio de 3 euros para los mayores de 12 años, pero puede salir por la mitad. Si el visitante accede a la página web www.desembalajeasturias.com, podrá imprimirse un vale para adquirir dos entradas al precio de una; con esta acción los organizadores desean premiar la fidelidad del público asistente y el seguimiento del evento en todas las ediciones celebradas. También puede llevarse un premio por el mero hecho de rellenar el boleto que se le entregará en la entrada y participará en el sorteo de un ventilador, recordatorio de la imagen de esta edición. El sorteo se celebrará el lunes 12, a las 20 horas, en la entrada del pabellón.

Los visitantes podrán disfrutar de más de cinco mil metros cuadrados de exposición, una muestra que contará con 39.500 objetos antiguos repartidos en 82 expositores llegados de todo el mundo. Además de la representación asturiana, habrá de otras comunidades como Madrid, Cataluña, País Vasco o La Rioja, y de países como Francia, Gran Bretaña o Alemania. Nadie quiere faltar a la cita.

Durante estos días de exposición y venta de piezas de antaño puede encontrarse todo tipo de piezas, siempre con una antigüedad mínima de 40 años (almonedas) y otras que superan los 100 años (antigüedades). Además, algunas pueden, inclusive, estar restauradas, pero eso sí, todas ellas con la garantía de calidad y antigüedad correspondiente. Esta diversidad atrae año tras año a decoradores, coleccionistas, profesionales, aficionados y amantes de las antigüedades a visitar cientos de metros de exposición a la búsqueda de una pieza determinada o de alguna agradable sorpresa.

La feria de Gijón ofrece todo un universo de posibilidades: muebles, lámparas, abanicos, básculas, sillones, dedales, perfumeros, esquíes, patines, tocadores, brújulas, plumas, cafeteras, vajillas, relicarios, licoreras, vestidos, teléfonos, planchas, revisteros, espejos, muñecas, máquinas de escribir... con precios que irán desde los tres euros hasta varios miles de euros, correspondientes a piezas, ya sean tallas, pinturas u otras obras, con varios siglos de historia.