A Puri Díaz le detectaron una catarata en su ojo izquierdo. A Corsino Gutiérrez le recomendaron que, por padecer diabetes, se haga revisiones cada seis meses. Fueron dos de los gijoneses que participaron en la campaña de revisión de los ojos gratuita de la Fundación Fernández-Vega en la plaza del Parchís con motivo del Día Mundial de la Vista. "El objetivo es concienciar a la gente de que hay que hacerse una revisión periódica de los ojos porque hay muchas patologías que no se detectan porque no duelen", señaló la oftalmóloga Eva Villota.

Más de 200 personas fueron atendidas en la primera vez que se lleva a cabo esta iniciativa en Gijón, tras un lustro en Oviedo. Otra gran cantidad de personas se quedaron sin tiempo para la revisión debido a la gran respuesta de Gijón. Hasta tres horas de cola tuvieron que hacer algunos de los pacientes, la gran mayoría de ellos de más de 60 años, aunque también acudió gente joven.

A solo un 10 por ciento de las personas no se les detectó ninguna patología. Lo más llamativo fueron las cataratas, con un 40 por ciento de casos, seguidos de glaucoma y problemas de retina con un 20 por ciento cada uno. El 10 por ciento restante padecía otro tipo de patologías.

En esa línea, Villota destacó que la mayor preocupación son "el glaucoma y las cataratas" y que también resuelven algún tipo de dudas en los pacientes y les citan para una revisión más a fondo: "En determinadas personas vemos que la tensión ocular está bien, que no tienen cataratas, pero sí baja visión. Lo que hacemos es orientarles para que hagan un control de la retina, porque hay muchas enfermedades de degeneración macular entre las personas mayores".

Aunque a la plaza del Parchís también acudieron jóvenes, como Manuel Nagua con su hijo Bryan, de cuatro años. "Su problema es que ve mal de cerca y es muy pequeño. Estamos algo preocupados porque tanto su madre como yo no tenemos ningún problema de visión. Nos parece importante controlarlo", explica mientras hace cola.

La media de tiempo de cada revisión fue de siete minutos y, paradójicamente, los que acudieron en masa fueron los más concienciados de que hay que hacer revisiones de la vista: las personas de mayor edad.