El presidente de El Musel, Laureano Lourido, presentó ayer al comité de empresa el nuevo organigrama del Puerto aprobado por el Consejo de Administración y anunció a los sindicatos que la reorganización interna va a ser rápida. Lourido ha llegado a la presidencia portuaria con la idea de trasladar su dilatada experiencia empresarial a la gestión del Puerto. Ayer informó a los sindicatos que él no mantendrá a nadie "en la nevera" y que no le va a temblar el puso si tiene que recurrir a los despidos, indicaron varios de los asistentes a la reunión.
Su planteamiento fue recibido de manera dispar por los sindicalistas. Mientras parte del comité destacó ayer el talante negociador y los buenos resultados de las empresas por las que ha pasado Lourido, otra parte salió inquieta de esa primera reunión en la que el nuevo presidente dejó en el aire la posibilidad de despidos y además sin aclarar si se aludía sólo a directivos o al conjunto de la plantilla. Otros de los sindicalistas, en cambio, califican de "coloquial" el comentario del Presidente.
Lourido acudió a la reunión del comité acompañado del secretario del Puerto, José Luis Barettino, al que presentó como su "mano derecha" y del nuevo director general, Gonzalo Mallo, que presentó como su "mano izquierda". También les acompañó el jefe de recursos humanos, José García Pedrayes.
El nuevo organigrama del Puerto supone la creación de una área estratégica en la que los servicios jurídicos y una nueva dirección de auditoría interna y de empresas participadas jugarán un papel relevante. El director, que se encargará de la gestión interna en el día a día del Puerto, forma parte de esa área estratégica y de él dependen las otras dos áreas en las que se va a reorganizar la Autoridad Portuaria. El cambio supone la eliminación del área técnica, una de las tres que dependían hasta ahora de la dirección general, reubicándose los servicios que la integraban en las otras dos.
El vuelco va más allá. También se hará en la forma de trabajo en el Puerto. Según explicaron asistentes a la reunión, Lourido quiere romper la estanqueidad tradicional de los distintos departamentos, facilitando la coordinación entre los mismos. Se irá a una estructura menos vertical que la que había hasta ahora, agregan.
Los únicos cargos con nombre hasta ahora son el secretario, el director general y la directora de asuntos jurídicos. Sobre las demás jefaturas previstas en el organigrama, aún no hay una decisión tomada, salvo el destino del exdirector de El Musel, José Antonio Lago, que se encargará de Innovación y Desarrollo.
