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García Lorca en la garganta

Ainhoa Arteta se gana al público del Jovellanos con los bises, cuando aparcó las canciones del homenaje al poeta granadino

Ainhoa Arteta, durante su recital de ayer en el teatro Jovellanos. MARCOS LEÓN

El teatro Jovellanos, en colaboración con la Sociedad Filarmónica de Gijón, ofreció anoche el espectáculo "Ainhoa Arteta. La voz y el poeta. Homenaje a Federico García Lorca", ante un público que llenó el aforo. Y que disfrutó.

La escenografía, sencilla pero elegante era una creación del pintor, decorador y paisajista Jorge Cardarelli. En la primera parte, sobre un fondo verde mar, un cuadro de grandes dimensiones, titulado "Buscando la luz", trataba de definir en su composición abstracta la forma del cuerpo de Lorca fallecido. Un grupo de velas completaba el atrezzo, junto al piano de cola. En la segunda parte, se cambió la pintura por "Coral Rojo" y las velas por un ramo de claveles. Todo muy minimalista pero francamente hermoso.

Y en ese ambiente apareció la diva, deslumbrante. Vestido largo, ceñido, nude y plata. El cabello recogido. Estaba muy guapa. Y se puso a cantar acompañada al piano por Rubén Fernández-Aguirre, un magnifico profesional. Sobre letras de García Lorca interpretó seis canciones. Al ser desconocidas para el público hubo un momento que parecían todas iguales. Ainhoa Arteta dispone de una gran técnica, sensibilidad, y escena, pero, o bien le falta un poco de colorido, o no le va ese tipo de canción ligera. Ante un programa demasiado monográfico, los aplausos del respetable eran fríos. Lo más emocionante de esa primera parte fue escuchar la voz inigualable de Paco Rabal, recitando el "Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías". Paco Rabal decía el verso como nadie. "Avisad a los jazmines con su blancura pequeña", una frase de repite Leonardo Sciascia en su novela "Todo modo", enamorado de Lorca.

Tras el descanso cambio de "look", vestido negro y mantón de Manila. "Anda, jaleo", "Los cuatro muleros", "Zorongo", canciones bien conocidas, pero... Lo dicho, creo que no le va a Ainhoa Arteta ese tipo de música. Otra grabación de Rafael Alberti, "Leonardo y la novia", sirvió para que la soprano mudara el mantón por una chaquetilla de lentejuelas. Alberti no era Rabal. Ainoa Arteta es muy buena actriz, estuvo simpática y entregada. Las "Canciones para niños", y "Memento", "Romance de la luna, luna" y "La canción del jinete", cerraron el recital. Ah, pero... Estuvo muy generosa con las propinas, lo mejor de la noche. De "El niño judío", de España vengo, de España soy... "O mio babbino caro", un aria de "Carmen", y "La Tarántula"... Apoteosis. Por fin se había ganado al público.

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