El Estado Islámico se ha convertido en la principal amenaza de Europa y la cultura occidental en general. "Es un tipo de terrorismo distinto porque su ambición es muy elevada, publica sus intenciones sin reparo y grandes medios", sostiene el secretario general de Política de Defensa, Alejandro Alvargonzález a su paso por Gijón.

Se trata de un enemigo muy próximo a España tras el control territorial adquirido por este grupo en toda la zona del Sagel y el norte de África y que además ha logrado apoyos en otras formaciones de base islámica radical como la nigeriana de Boko Haram. El problema es mayor al comprobar que hay europeos, e incluso alrededor de un centenar de españoles, que se han ido a combatir al lado de los terroristas. "Esos españoles algún día volverán y lo harán acostumbrados al manejo de armas o incluso con instrucciones de actuación y hay que controlarlo", avisa Alvargonzález.

Las causas de estos individuos que optan por sumarse a las reivindicaciones terroristas son varias pero, en palabras del diplomático asturiano, "En general hay un fenómeno de frustración de gente con características psicológicas marginales en ocasiones muy debilitadas por la influencia de otros".

Con el Estado Islámico la postura es clara: "No hay posibilidad de negociación. Lo único que quieren es acabar con nuestros valores. Solo podemos ir a derrotarles de la mano de las sociedades islámicas, colaborando con ellas que son quienes los entienden mejor y capacitándoles con adiestramiento y todos los medios necesarios para combatirles. El Estado Islámico no puede contar con nosotros ni para una negociación ni para nada", concluye.