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La Fundación ONCE, que estudia abandonar Apta, se adueña de sus instalaciones

Fundosa se hizo con la propiedad de la finca y los edificios del Piles a los dos meses de que el comité firmara el último ERE para la plantilla

Centro de trabajo de Apta, en el Piles. ÁNGEL GONZÁLEZ

La Fundación Once (Fundosa-Ilunión), que está estudiando abandonar la gestión del centro especial de empleo Apta, se ha hecho con la propiedad de las instalaciones productivas de Apta en el Piles y la finca de 5.800 metros cuadrados sobre la que se asienta.

De Apta depende el futuro de 180 trabajadores, en su mayor parte disminuidos psíquicos. La mayoría se encuentran temporalmente en paro, después de que el 18 de marzo de 2014 los representantes de UGT y CC OO en el comité de empresa firmaran un ERE temporal de dos años para 164 miembros de la plantilla por un máximo de 16 meses cada uno.

Aquel ERE comenzó a aplicarse el uno de abril del año pasado y al mes siguiente, el 28 de mayo, se firmaba en la notaría madrileña de Federico Garayalde Niño la escritura de compraventa de la finca y las instalaciones del Piles. Desde esa fecha, Fundosa es su propietario. La finca está hipotecada a favor del Principado por un crédito de 1,12 millones de euros que había concedido al centro especial de empleo, según los datos que figuran en el Registro de la Propiedad.

Con la venta a Fundosa de sus instalaciones del Piles, Apta se quedó sin patrimonio, dado que en 2012 ya le había vendido la nave que poseía en un polígono de Roces por 1,3 millones de euros, un ingreso con el que se aminoraron las pérdidas que había registrado el centro especial en aquel ejercicio por el pago de las nóminas de la plantilla.

La Fundación ONCE es el accionista minoritario de Apta, con un 47%, mientras que el 53% lo tiene la Asociación de Padres de Antiguos Alumnos del Sanatorio Marítimo. Pese a todo, Fundosa es quien está sustentando económicamente la empresa desde hace años, dado que Apta registra importantes pérdidas al haber perdido clientes. Otros sindicatos con presencia en el comité o afiliación en Apta, como USO y CSI, han venido reclamando a Fundosa que aporte carga de trabajo al centro de empleo gijonés, en vez de dejarlo morir.

Fundosa-Ilunión asumió la gestión de Apta en marzo de 2011. En un primer momento, señaló que su objetivo era "profesionalizar la gestión" y mantener el empleo. La promesa duró poco. Ese mismo año Apta despidió, mediante un ERE a 103 trabajadores, la mayoría discapacitados.

En 2014 la dirección volvía a plantear un nuevo ERE, para el despido de 8 monitores y el envío temporal al paro de los 164 ya citados. En la información que entonces facilitó Fundosa a los sindicatos indicó que Apta se encontraba en causa de disolución obligatoria, tras haber acumulado unos 13 millones de euros de pérdidas entre 2008 y 2013.

Ahora, el comité de empresa advierte de la intención de Fundosa de dejar Apta, mientras que desde la Fundación Once se indica que "se está estudiando" abandonar la gestión.

Los afectados han comenzado a organizarse. Más de 70 padres se reunieron el pasado jueves en el Antiguo Instituto para preparar movilizaciones y también decidieron picar a las puertas del Ayuntamiento y el Principado para tratar de evitar que Fundosa abandone Apta a su suerte.

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