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La ayuda que le faltó a Jesús Castro

Personal sanitario insiste en el día de concienciación sobre el paro cardiaco en el valor de las técnicas de reanimación, ya que sólo un 5% de los testigos de muertes súbitas saben cómo actuar, pese a que ese apoyo triplica la supervivencia

El alumno del colegio Asturias Renato Acevedo realiza una reanimación cardiopulmonar a un muñeco. ÁNGEL GONZÁLEZ

Está estimado que el 80% de las muertes súbitas -muchas de ellas de origen cardíaco- se producen en presencia de testigos y sólo un 5% de ellos actúa aplicando técnicas básicas de reanimación cardiopulmonar pese a que esa acción, espontánea y valiente, llega a triplicar la esperanza de vida de quien está en ese delicadísimo trance. "Tenemos que conseguir que más gente de la calle sepa aplicar técnicas sencillas de primeros auxilios, de reanimación, que sepan actuar ante un atragantamiento, una inconsciencia y otras emergencias vitales. Que todo el mundo sepa que con tus manos puedes salvar vidas", explicaba ayer con emoción Raquel Palacio Villazón.

Enfermera del Servicio de Atención Continuada del área V de Gijón, Palacio es una de las impulsoras del programa de Educación para la Salud que precisamente bajo el nombre de "Con tus manos puedes salvar vidas" está llevando charlas y talleres prácticos a 43 colegios de Asturias e implicando en estos conocimientos básicos a niños de 3 a 16 años, familiares y profesores. En total en dos años han participado en este proyecto cerca de 10.000 personas que acaban sabiendo como identificar la inconsciencia, cuando alertar al 112, cómo abrir la vía aérea o cómo realizar el masaje cardiaco o la maniobra de Heimlich, entre otras cosas. Y ayer, en el día europeo de la concienciación sobre el paro cardiaco, nada mejor que insistir en la potencialidad de las manos de cualquier ciudadano con una jornada llena de actividades que empezó en el Centro Pumarín Sur y continuó en el colegio Jovellanos con talleres prácticos.

Hasta el centro Pumarín-Sur se desplazaron 300 escolares de distintos colegios de Gijón a quienes Eduardo Segovia, jefe del servicio de Cardiología del hospital de Cabueñes, les insistió en que "si bien debemos aceptar la muerte como algo normal que forma parte del ciclo de la vida", también es cierto que en algunos casos como los de muerte súbita por paro cardiaco, "es importante que los que están cerca sepan trabajar con las manos y hacer una reanimación que además de ser sencillo es algo que deberíamos saber todos y que no se olvida, como nadar o andar en bicicleta".

"Intervenir y ayudar cuando sucede, por ejemplo, un paro cardíaco súbito, no es una obligación legal, pero sí moral y es algo a lo que toda la población debería saber enfrentarse porque puede ocurrirte alguna vez en la vida que alguien se desplome cerca de tí. A mí me ocurrió una vez cuando estaba de vacaciones y, afortunadamente, fue para bien. Esa reanimación, mientras llega la ayuda especializada, puede ayudarnos a ganar tiempo y de eso depende la vida de una persona", indicó por su parte Antonio Molejón, director de Salud Pública del Principado.

Por su parte Enrique Castro, Quini, convertido en la estrella de la jornada para los niños presentes en el acto, habló por propia experiencia de la importancia de que la población general conozca técnicas de reanimación. "Tuve un hermano -Jesús Castro- que se ahogó en Pechón (Cantabria) y cuando le hicieron la autopsia el médico me dijo que había sido una pena que nadie en la playa hubiera sabido hacerle la reanimación porque tal como tenía los pulmones se podía haber salvado. Salvar vidas es lo máximo que puede hacer un ser humano y deseo que si alguna vez tenéis la oportunidad, lo intentéis. Quizá de eso dependa una vida".

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