El 62,7% de los pacientes con dolor cervical tienen una mala calidad de sueño. Y además, la probabilidad de que ese dolor no mejore es casi un 200% mayor entre quienes tienen peor calidad de sueño en comparación con quien duerme mejor.

Esos son los resultados principales del estudio científico financiado por la Fundación Kovacs -uno de cuyos centros está en Gijón- y desarrollado por la Red Española de Investigadores de Dolencias de la Espalda (REIDE), con la participación de más de 400 pacientes. Tal como explica el doctor Domingo Carretero, médico de la Fundación Kovacs con sede en Gijón, el estudio "ha corroborado algo que veíamos muy amenudo" en las consultas, como era la frecuencia con la que el dolor cervical y el dormir mal "iban acompañados". Y cualquier estudio al respecto en torno a un problema "clínico, social y económico de primera magnitud" tiene su importancia.

Para Carretero, el aporte añadido del estudio es el hecho de que evidencia que, según una escala del 0 al 21 -siendo el 0 la mejor calidad del sueño posible y 21 la peor, según indicaciones de los propios enfermos- "por cada punto adicional en dicha escala que tiene un paciente se reduce un 9,1% la probabilidad de que tres meses después el dolor cervical haya mejorado", con independencia de su intensidad, de que el paciente esté deprimidio, de cuáles los tratamientos que reciba o de los demás factores. Además, entre los pacientes cuya calidad del sueño es la mejor posible, se ha podido determinar que la probabilidad de que mejor su dolor cervical es de un 191% más que quien tiene la peor calidad del sueño.

Hasta ahora se conocía que el mal estado de la musculatura y ciertos genes pueden aumentar el riesgo de que el dolor cervical se convierta en crónico pero "se desconocía qué otros factores influyen". Ahora podrá estudiarse cuánto influye un tratamiento para mejorar el sueño en la recuperación del dolor cervical.