El acto de entrega de XVII Premio Internacional de Investigación promovido por el Foro Jovellanos, celebrado en la tarde de ayer, tuvo una doble trascendencia. Por un lado era la sesión en que intervenía como nuevo presidente de la entidad Ignacio García-Arango Cienfuegos-Jovellanos; y por otro había gran interés en escuchar el discurso del premiado, José Manuel San Baldomero Úcar. Ambos cumplieron con buena nota las expectativas despertadas.

Tras la lectura por Orlando Moratinos, director del Foro, del acta en que el jurado otorgó el premio y resaltar los valores de éste, se hizo entrega al galardonado de diploma, cheque y escultura de Jovellanos. Luego tomó la palabra Xosé Nel Riesgo, director de la Fundación Municipal de Cultura que alabó las virtudes del prócer, que habrían de servir de ejemplo para los servidores públicos de hoy.

El nuevo presidente, en su discurso, hizo entre otras cosas, una declaración de intenciones. Dijo que su papel fundamental era el de tener en cuenta las ideas, trabajos, experiencia y sabiduría de todos los patronos, para continuar en el camino de difundir el pensamiento de Jovellanos por su utilidad en la sociedad actual. Y lamentó García-Arango que las ideas de Jovellanos no hubieran sido aceptadas en las Cortes de Cádiz, mediante las cuales la nación consecuente hubiera sido una España articulada y solidaria. En su efecto, la serie de Constituciones de poner y quitar sólo han servido para matarnos unos a otros. La luz de Jovellanos, tan adecuada para un tiempo de crisis económica, de valores y de desconcierto territorial, según el presidente del Foro, es fundamental.

En cuanto al premiado, García-Arango manifestó que es oriundo de Cervera del Río Alhama, La Rioja. Licenciado en Filosofía por la Universidad de Comillas y por la Complutense, es doctor por UNED. Su profesión ha sido la enseñanza, la investigación y la escritura; es autor de numerosos libros.

La intervención de José Manuel San Baldomero Úcar fue muy interesante, centrada principalmente en los dos viajes que Jovino hizo a La Rioja; el segundo de menor importancia ya que aconteció en su desplazamiento hacia el destierro de Mallorca. Escribir para Jovellanos era como pintar, idea que a su vez sostenían Aristóteles, Horacio, Cervantes... En consecuencia, Jovellanos pinta nueve cuadros en ese primer viaje a La Rioja, viaje motivado por el ruego del ministro de Marina, Antonio Valdés, que deseaba dar prueba de nobleza de su hermano Fernando. Los nueve cuadros describen, el primero, a los innovadores de la provincia. El segundo trata de la raíz histórica; el tercero es La Rioja fabulosa; el cuarto describe la tierra oprimida por el Santo Oficio; el quinto estudia el Arte; el sexto habla de La Rioja deliciosa, el séptimo exalta sus tertulias y conversadores; el octavo es La Rioja sublime, con sus matices líricos, y por último el noveno dibuja La Rioja deseada, con sus ideas de progreso y sus virtudes morales. Todos ellos muy bien pormenorizados.

Al terminar, Ignacio García-Arango dio por convocado el XVIII Premio Internacional de Investigación Foro Jovellanos.