El espíritu de Halloween ya se ha apoderado del Jardín Botánico. Con ingenio y mucho maña, los más pequeños consiguieron transformar una calabaza en un arácnido de lo más original dentro del taller infantil "Calabazas que arañan". Un aperitivo de un programa amplio que se alargará hasta el próximo 2 de noviembre con motivo de las jornadas "Calabazas y Calaveras", que hoy unirán uno de los platos más codiciados para los más pequeños: el magüestu.

"Me encantan las historias de miedo. Y mañana volveré para comer castañas con sidra dulce", señala Jorge Díaz, de seis años, un habitual de las jornadas del Botánico, mientras observa junto a sus padres la exposición de calabazas del recinto.

La lluvia deslució en parte la primera jornada, pero no evitó el goteo constante de visitantes. Junto al cuentacuentos de miedo en "La Casona de Miedo", uno de las mayores demandas, se sumó la presentación de libro "Leyendas Asturianas de Difuntos", de Alberto Álvarez Peña, con un recorrido por las tradiciones, apariciones, videntes y fantasmas que conforman las leyendas asturianas de difuntos.

Sonia y Luis Pérez, de cuatro y cinco años, entraron con algo de respeto al Botánico. Pero muy pronto se quitaron el miedo y comenzaron a observar toda la decoración. "Haremos un recorrido por todo lo que hay aquí y después iremos al cuentacuentos de miedo y los apuntaremos para el taller para mañana", indican sus padres, que recuerdan que ya son habituales de los solsticios y del resto de actividades del recinto.

Hoy domingo habrá entre las 12 y las 14:30 un magüestu, con sidra dulce y castañas, y en el que los asistentes (un máximo de 50 niños y dos adultos por niño) participarán también en una gymkhana para la búsqueda de los ingredientes y su posterior preparación. Además se repetirá el taller "Calabazas que arañan" y se iniciará la cuarta edición del concurso de exposición de calabazas.