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GERARDO RUIZ ALONSO | Doctor en Educación Física, preparador físico del Sporting | directo al corazón

"El ejercicio, con moderación; no se pasa del cubalibre a la maratón; eso mata"

"Mi padre quería que hiciera la mili en Renfe; a mí me gustaba el deporte y me dije: prefiero ganar menos y vivir en chándal"

"El ejercicio, con moderación; no se pasa del cubalibre a la maratón; eso mata"

Ha llevado sus vastos saberes al primer equipo de Sporting, trasformándolo. Hoy todos hablan de las magníficas condiciones físicas de sus chavales, es el hombre de moda; la marca Gerardo Ruiz equivale a excelencia. Tras el brillo de su éxito hay un hombre sencillo e ingenioso, sagaz e inteligente, de conversación amena y gran sentido del humor. Ha publicado quince libros sobre la materia de su cátedra, y es merecedor de numerosos galardones, incluso en 1993 fue candidato al Premio Príncipe de Asturias de los Deportes. Cuando nos encontramos venía de correr, tras pasar por la ducha. "Todo el día mandando, he de hacer algo para mí", dijo.

-Dígame algo más, ¿usted quién es?

-Un chaval del Cerillero (1956), que tengo la suerte de trabajar en lo que más me gusta. Soy hijo único. Me considero trabajador y disciplinado, alegre, optimista y sociable. No demasiado ordenado, pero tengo una voluntad de hierro. Un día me dijo un profesor: "Oye, Mus, tú no entras en el INEF, eso es para internacionales." Lo de Mus era el resumen de músculos. Yo era un chico corriente, pero pasé todas las pruebas, y éramos 500 para 60 plazas. Luego hice oposiciones a profesor de Secundaria y a cátedra, y aprobé las dos. Estoy casado y tengo dos hijos.

-¿Sobre qué versó su tesis doctoral?

-Hice la historia de los bolos en Asturias, descubrí 18 modalidades, que datan desde la Edad Media hasta hoy. Fue preciosa porque pude comprobar que los bolos forman parte integral de nuestra cultura; se encuentran en la pintura, la literatura, la historia, la poesía, la música...

-¿Cómo fue su infancia?

-Siempre fui feliz y me conformaba con lo que tenía; mi familia era gente humilde, mi padre ferroviario y mi madre ama de casa. Hice el Bachiller en el Instituto de La Calzada, hoy Padre Feijoo, la carrera en Madrid, y la especialidad en la Universidad de Granada.

-En aquel tiempo, ¿a qué jugaba?

-Al fútbol en la calle, algo que nos socializaba. Hoy los chicos apenas hablan, enfrascados en el móvil o en la tablet. Los juegos infantiles son importantes porque todos tienen normas, y enseñan a respetarlas, algo sustancial para más tarde saber acatar las leyes sociales. Al fútbol jugué en Portuarios, pero era malo y desistí.

-¿Qué le llevó a licenciarse en el INEF?

-Mi padre quería que hiciera la mili en RENFE, ya que luego todos se quedaban en la empresa. A mí, que me gustaba el ejercicio físico, dije, prefiero ganar menos y vivir en chándal. En la década de los 80, INEF pasó a ser carrera superior y tuve que convalidar estudios, lo que me llevó a ganar lo mismo que cualquier profesor. En 1983 puse un gimnasio y lo alternaba con el trabajo en el Instituto Mata Jove.

-¿Cuándo ficha por el Sporting?

-En 1995 me llamó el director deportivo, Pepe Llaneza, y me propuso preparar a las categorías inferiores. En 2000 pasé al Sporting B, con Marcelino García Toral, y en 2005, al primer equipo de la mano de Ciriaco Cano. En 2006 estuve con Manuel Preciado, y en 2008 subimos a Primera donde nos mantuvimos hasta 2012. Esa subida y ésta de 2015 fueron lo mejor que me ocurrió a escala profesional.

-Creo que tiene usted a los muchachos como tigres...

-Buen símil, sí... Tienen fuerza, velocidad, resistencia, y agilidad felina. Estoy muy contento con ellos, no sólo por el resultado del trabajo, sino porque me siento querido y respetado. Y del cuadro técnico mejor aún, formamos muy buen equipo. Tanto Abelardo como Iñaki Tejada confían en mí y eso es fabuloso.

-¿Este es el trabajo de su vida?

-Sí, y los dos ascensos mis mayores objetivos conseguidos.

-¿Aun más que haber ganado el Premio de Internacional de Investigación Foro Jovellanos?

-Tal vez... "El deportista ilustrado", se titulaba el libro. Reunía dos características mías, la de deportista y el interés por la Ilustración. Lo presenté con plica bajo el seudónimo "Pin el Paisanu", pero llamó la atención del jurado. Fue una gran alegría.

-¿Los ilustrados, es decir, los hombres del siglo XVIII hacían deporte?

-Tenían un concepto muy integral de la vida. Rousseau, en su libro "Emilio", recomienda el ejercicio físico, así como Jovellanos y los ilustrados en general, pero esos ejercicios tenían connotaciones de diversión. Jugaban a hacer carreras a pie, y con animales, como las cintas a caballo, las carreras de gansos, de gallos, de toros... Practicaban lanzamiento de barra, lucha cuerpo a cuerpo, juegos de pelota y bolos.

-¿A usted, qué le carga de energía? Necesita mucha...

-El sentirme a gusto con lo que hago, las buenas relaciones y la salud.

-¿Es un sportinguista de corazón?

-Soy un "asturtzale", me gusta todo de mi tierra. Amo profundamente a Gijón y en consecuencia al Sporting. Pasar de la grada de COES al césped y a Mareo es conseguir un sueño.

-¿A quién sacaría tarjeta roja?

-A los políticos que roban. Los ciudadanos los votan porque confían en ellos , y defraudarlos de esa manera es muy grave. España es un gran país y no merece estos espectáculos. Mi político ideal sería una persona honrada que trabaje por los demás sin pedir nada a cambio, como en el amor.

-¿Quién ha sido su maestro?

-Carlos Álvarez del Villar en preparación física, y José María Cagigal en filosofía de la educación física y deportiva; sus libros para mí son como la Biblia.

-¿Cuál es el secreto de su éxito?

-Ser cariñoso, amable, en una palabra, buena gente. A mis hijos les digo que lo primero en la vida es ser buena persona; hay gente con títulos que ni se puede hablar con ellos.

-¿Quién es el deportista ideal?

-Hay dos clases, el agonístico y el de élite. El primero, después de su trabajo va a correr, suda, hace 30 minutos, quema grasas, segrega endorfinas, y se va para casa feliz y relajado. El otro es narcisista, está obsesionado, y es menos feliz. El ejercicio debe hacerse con moderación, y no se puede pasar del cubalibre a la maratón, eso mata.

-Si volviera a empezar...

-Sería una fotocopia de mí mismo.

-¿En qué pierde el tiempo?

-Me gusta la novela histórica, salir con los amigos, disfrutar de los deportes tradicionales, como los bolos, la llave... Y hago votos para que el Sporting siga en Primera División durante muchos años.

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