"Estamos hartos, llevamos con estos problemas desde hace años". Los vecinos de un inmueble de la calle Aquilino Hurlé, en el barrio de La Arena, presenciaron alarmados ayer al mediodía cómo efectivos del Cuerpo Nacional de Policía entraron, armas reglamentarias en mano, para desalojar a tres jóvenes que pretendían irrumpir en un piso que funciona como casa de contactos y que, como tal, es bien conocido en la zona.

Los individuos, uno de ellos en evidente estado de embriaguez, armaron un escándalo cuando, al parecer, se les negó la entrada en el piso, un primero. Los jóvenes habían salido de un establecimiento hostelero de la calle de Manso provistos de sus respectivas consumiciones y todo hace indicar que decidieron subir a proseguir la fiesta.

Las voces alertaron a vecinos y viandantes, y alguien decidió llamar a la Policía. Cuando una dotación del Cuerpo Nacional llegó al lugar de los hechos, en la esquina de las referidas calles Aquilino Hurlé y Manso, cundió definitamente la alarma. Los jóvenes fueron identificados y se les ordenó abandonar el lugar.

La actividad en el citado piso de contactos mantiene en vilo al vecindario que tiene que aguantar llamadas al timbre a horas intempestivas, suciedad en las escaleras y un incómodo ir y venir de clientela sexual. No es la primera vez que la Policía tiene que hacer acto de presencia.