La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La figura de la semana | Falo Marcos | Portavoz de Radio Kras

La voz de Radio Kras que no se calla

Falo Marcos ha estado en todas las batallas con las que la emisora libre se ha zafado del cierre desde hace 30 años

La voz de Radio Kras que no se calla

Pocos asturianos saben lo que es la asociación cultural Colectivo Radiofónico Asturiano, pero las cosas cambian si hablamos de Radio Kras, así, con la k ochentera que sostiene su acrónimo. Está avalada por una larga brega: treinta años de repicar desde las ondas en el 105.0 de la FM, y también por internet. Primero, desde Cimadevilla, y ahora desde el Polígono de Pumarín. Y anda, además, de celebración. Por esas tres décadas de músicas y luchas. Y, también, porque la Consejería de Industria acaba de archivar el expediente que amenazaba con truncar una iniciativa comunitaria -la de airear los problemas y conflictos que tardan en llegar a los medios de comunicación clásicos-, mediante la expeditiva costumbre de cerrarte para siempre el micrófono.

Es una superviviente de aquel movimiento de los años ochenta con el que España se pobló de radios libres, asamblearias, corales. En Asturias quedan sólo Radio Kras, en Gijón, y Radio QC, en Oviedo. Rafael Marcos Velasco, más conocido por Falo Marcos, ha estado ahí casi desde el principio, desde 1986, cuando era un veinteañero al que el siempre atento Chema Castiello, uno de los fundadores de la emisora, reclutó para el proyecto. Casi nadie le discute hoy que es la voz autorizada (y hasta la imagen, podemos añadir) de una iniciativa popular que nació al calor del pulso contra la entrada de España en la OTAN, las movilizaciones del naval, las protestas de objetores de conciencia e insumisos y la efervescencia cultural y musical de la ciudad de las mil y pico asociaciones.

Y ahí sigue. A semejanza de Radio Kras, es un resistente. Ha visto pasar por ese banderín a más de mil personas. Activistas y radiofonistas que han ido desembarcado en esa isla que se quiere de la libertad para hacer programas y decir sus cosas. Falo Marcos es un mierense de 1966 que llegó a Gijón cuando era un neñín, a los cuatro años. De su padre -el histórico dirigente de USO ya fallecido Rafael Marcos- heredó nombre, inquietudes sociales y la mirada un poco achinada que se le ha ido poniendo con la edad. Pero, a diferencia de su progenitor, no ha querido militar en sindicatos o partidos. Hay ahí, tal vez, un temor a que la burocracia y las consignas ahoguen la frescura alternativa en la que deseado seguir moviéndose Radio Kras: del feminismo al ecologismo, pasando por las organizaciones de solidaridad de base, los defensores de la cooficialidad del asturiano o el movimiento okupa.

Falo Marcos es la voz o el portavoz, como ustedes quieran, de Radio Kras, una dedicación que le ha llevado a ser el vicecoordinador general de la Red de Medios Comunitarios, plataforma estatal de radios y televisiones con ese prurito por constituirse en canal de inquietudes populares. Trabaja como educador social con la Asociación Albéniz, "siempre con gente en situaciones de vulnerabilidad social", según él mismo explica, y toca la percusión en la charanga "El Ventolín". Tiene su programa radiofónico, "Marabayu", una ventana a los movimientos sociales, a lo que él llama "contrainformación" y a la música mestiza.

Si lo pensamos bien, Falo Marcos ha dedicado más de la mitad de su vida a Radio Kras, una emisora que se financia con las cuotas de sus socios, papeletas de lotería y las actividades culturales o lúdicas que se les ocurren. Hay siempre muchos artistas alrededor, consolidados o en ciernes, empezando por los de la Caja de Músicos. Esos micrófonos han estado abiertos desde el primer día a los grupos que llegaban -y aún lo siguen haciendo- con una maqueta, un proyecto, una ilusión.

Falo Marcos habla pausado, como si a lo largo de esas casi tres décadas de fidelidad a Radio Kras hubiese desarrollado la costumbre de la paciencia y la habilidad de no dar por perdidas las kafkianas batallas que suele presentar la Administración. Cuenta con un disimulado punto de orgullo que, a lo largo de esas tres décadas, la emisora sólo se calló durante unas semanas de 1991. Fuerza mayor: una grúa les tiró la antena. Y aún así se arreglaron para sacar un fanzine, "Krasnia", para rebelarse contra aquel silencio obligado. También le gusta recordar que aún se mantienen en parrilla programas de los años heroicos de Cimadevilla, como el rockero "Movida en la cantina" o "Merienda de negros", dedicado al jazz.

Treinta años y la batalla de la continuidad ganada. Falo Marcos quiere ahora un compromiso del Gobierno de Asturias para olvidarse de una vez de la acostumbrada "inseguridad jurídica" con la que les han obligado a convivir.

Compartir el artículo

stats